Era un grito clásico en la Plaza de Armas: "Pa' callao, pa' callao". El inconfundible atuendo del Mago Palito era parte del paisaje del centro de Santiago, al igual que los trucos que mostraba.

Su nombre era René Álvarez, pero su apodo trascenderá a los tiempos. Este martes se conoció su fallecimiento, terminando con una extensa carrera de casi seis décadas.

Entre sus múltiples historias, el Mago Palito lideró las reivindicaciones de los artistas callejeros en Santiago, y decía haber pasado por todas las comisarías del país.

Los funerales del Mago Palito se realizan desde este martes en la Iglesia Andacollo, ubicada en Ricardo Cumming con Mapocho.