Bajaron diez por la escalera que daba directamente al Patio de los Naranjos, pero en rigor en el encuentro con la presidenta Michelle Bachelet hubo bastantes más. Entre ellos la esposa y la madre de Sebastián Lelio, el hermano de Daniela Vega, la directora de Cinema Chile o el propio ministro de Cultura Ernesto Ottone. Pero ahí, a las 21.30 horas y enfrentados a la prensa chilena de manera oficial después de la alborotada llegada de la mañana al aeropuerto sólo había 10.

Ellos eran el realizador Sebastián Lelio, la actriz Daniela Vega, los productores Juan de Dios Larraín y Pablo Larraín, el guionista Gonzalo Maza, el director de producción de producción Eduardo Castro, la directora de arte Estefanía Larraín, la montajista Soledad Salfate, la vestuarista Muriel Parra y el productor asociado Martín Cárcamo. Es decir, los estrictos responsables de Una mujer fantástica, que la noche de este domingo el dio el primer Oscar extranjero a Chile.

"Sabíamos que la película tenía posibilidades. Desde que empezó su viaje en el Festival de Berlín hace un año le fue muy bien y al mismo tiempo fue conquistando audiencias" empezó diciendo Sebastián Lelio, con su habitual cordialidad. Y continuó "Sin embargo también tenemos claro que los premios son antojadizos y difíciles, y por lo tanto no se puede hacer futurología".

Luego, refiriéndose a lo que había sucedido recién, afirmó: "Con la presidenta pasamos un momento muy bonito y entre otras cosas hablamos de la urgencia de una ley de identidad de género".

Justamente este tópico se robó toda la atención de los periodistas reunidos en un semicírculo al interior de La Moneda. "Es muy emocionante cuando el cine tiene la potencia de poder desbordarse, de salir de la pantalla y entrar al tejido social", sostuvo el director acerca de la discusión de darle urgencia la Ley de Identidad de Género. La película, que describe las humillaciones a las que es sometida una mujer transgénero (Daniela Vega) después de la muerte de su pareja, ha disparado la conversación pública en Chile.

"Sin embargo, debo decir que nadie trabaja en esto del cine para lograr que se aprueben las leyes. No de antemano, al menos. Cuando finalmente pasa, en cualquier caso, uno se sorprende y no deja de admirarse. La película ha ido instalando esa conversación para una ley que resulte urgente e irreversible", decía Lelio. Luego agregaba: "En ese sentido creo que la figura de Daniela Vega ha sido fundamental para lograr todo esto. Daniela ha sido la gran embajadora de la película en la realidad".

Sobre la marcha, Daniela Vega le dio, entendiblemente, más énfasis a lo dicho por Lelio: "Finalmente lo que hace esta película es preguntarse cosas, cuestionarse todo, el género la familia, el amor, la muerte o cómo se lleva el luto. Pero, sobre todo, interpela al espectador, preguntarle que ve él cuando observa a Marina, mi personaje".

Y, acto seguido, recalcó: "Lamentablemente en mi carnet hay un nombre que no es mi nombre. Y el tiempo pasa, el reloj corre y la gente se va, esperando que por fin aparezca su nombre". En ese momento también se refirió a la imposibilidad de que la Municipalidad de Ñuñoa la declarara hija ilustre (como era la intención), debido a que su nombre legal es masculino.

"Agradezco el gesto de querer reconocerme de parte de la Municipalidad de Ñuñoa. Pero debemos preguntarnos por qué no se puede entregar ese premio, y resulta es que es por una cosa mínima en el carnet de identidad", puntualizó. Poco después añadió; : "La pregunta que me hago es ¿Si acaso no es más caro mantener la Comisión de Derechos Humanos del Congreso discutiendo cinco o seis años una ley que puede ser despachada en seis sesiones sin que eso le cueste un peso al Estado?"

Un premio generacional

Acerca del valor del Oscar en términos globales, Sebastián Lelio dijo. "Yo creo que este Oscar también nos ha permitido mirar hacia atrás y repasar lo que ha sido el crecimiento de esta generación de creadores. Ha sido un proceso grupal y colectivo, con personas que vienen trabajando muy duro desde hace 13 o 14 años. En ese sentido este Oscar le pertenece a esa generación de trabajadores del cine chileno".

Pero el director es sabio y no se cree los cuentos de buenas a primeras. Decía, por ejemplo: "Aún así no hay recetas ni manual de Carreño para hacer películas. No hay fórmulas para que la próxima película sea exitosa, transforme conciencias o toque a la gente como ésta".

Acerca de la noche de los Oscar y sobre las eventuales felicitaciones dijo: "Fue una noche muy emotiva y de muchas felicitaciones y por cierto recibí los cordiales saludos de las actrices Julianne Moore y Rachel Weisz, entre otros". Así hacía referencia a las actrices que aparecen en sus próximas películas.

Y hablando de su discurso, se explayó más: "El discurso lo había preparado con antelación, pero claro, cuando uno está allá arriba se desarman todas las estructuras , sobre todo porque hay nerviosismo y esas cosas. Hay pocos segundos para nombrar a todas las personas a las que uno quiere darle las gracias, pero finalmente lo logré"

Consultado por Culto por el anuncio de la actriz Rita Moreno a la categoría Mejor Película Extranjera, contó: "Fue muy bonita la presentación de Rita Moreno, que usaba el mismo vestido que usó cuando su Oscar 50 años atrás. Fue una especie de conexión latina y cuando la escuché reír antes de que leyera el sobre, presentí que los ganadores podíamos ser nosotros"

Adelantando escuetamente lo que hará el resto del año manifestó: "Lo primero que haré ahora es terminar de celebrar como corresponde la travesía que ha significado Una mujer fantástica. Después el 27 de abril se estrena en EE.UU. mi película Disobedience (con Rachel Weisz y Rachel McAdams) y ya hacia fin de año se estrenará la nueva versión de Gloria, filmada en Estados Unidos. Eso es lo que hay para mí en el horizonte ahora".

También tuvo un diagnóstico del cine chileno: "Creo que la condiciones en que una película chilena compite con las extranjeras son evidentemente desproporcionadas. No me aventuro a dar respuestas, pero es un problema del que hay que hacerse cargo. Claro que es difícil cuando uno estrena Gloria junto a una superproducción como, por decir algo, Transformers. Para que haya una auténtico desarrollo de producción cinematográfica en nuestro país no se saca nada con tener películas aisladas. Hay que darle continuidad a la creación: eso es clave".