Lanza Internacional, la nueva aventura de las cabezas compositivas tras el éxito de Los Bunkers, nunca tuvo marcado el 16 de marzo en el calendario.

Fueron fichados con urgencia por la producción tras la bajada voluntaria de Ana Tijoux, quien estrenaría un nuevo proyecto en esta edición del festival.

Entonces el calendario acusó un nuevo rumbo para ellos.

Con un disco homónimo que recién está comenzando su ciclo, los hermanos Durán y el mexicano Ricardo Nájera en la batería -una especie de refuerzo internacional con chapa de crack- aprovecharon sus 45 minutos con lo que mejor saben hacer.

Los extensos monólogos autorreferenciales tan propios de la cultura del rock se dejan, esta vez, solo para llenar diarios y revistas. Cuando se es un humilde número más en Lollapalooza el tiempo apremia.

Hace 15 años, cuando la banda madre de los penquistas presentaba su tercer disco en tres años, Mauricio Durán dejaba perplejo a un poco preparado Cristián Sánchez al decirle en televisión abierta que ellos eran la mejor banda del país.

"No miramos para abajo a nadie, pero miramos para adelante y por ahí no vemos nada más", le explicó cuando trató de refutar su tesis nombrando a Lucybell y a La Ley.

"Se tienen mucha fe", respondió nervioso el animador.

La misma fe con una carrera que conoció el éxito internacional, interminables giras veraniegas y contratos con las disqueras más importantes del mundo está canalizada acá.

Lanza Internacional tiene la actitud de un proyecto fresco, que tiene al menos la intención de no caer en el autoplagio y sabe hacerle el quite al peso no menor de esconder -aunque sea por un momento- el siempre interminable deseo del viudo musical.

No hay guiños remotos a "Llueve sobre la ciudad" ni "Miño". "Es otra banda, entiende", dan ganas de gritar. El puñado de curiosos que fue a verlos como los ex de algo se sintieron desilusionados.

"Puedes guardar las apariencias cuando no obtiene lo que esperas", dicen certeros al caso en "Corredor".

El tema fue una de las 7 canciones de su disco homónimo que alcanzaron a despachar en los 45 minutos que duró el show.

Un tributo a Jorge González, el hombre que tras su retiro forzado se sentó en el trono como guía indiscutido de toda una factoría de música chilena, rompió los esquemas del distraído.

"Corazones rojos/ corazones fuertes/ espaldas débiles de mujer", articula Francisco Durán. La interpretación no es antojadiza. La canción formará parte de un disco tributo que prepara el círculo cercano al ex prisionero.

Antes de despedirse y de remarcar la elevada sensación térmica de la jornada para presentar el single "Salir el sol", el puñado de curiosos había desaparecido por completo.

Un lanza internacional no se caracteriza por tener piedad con su víctimas.