El 17 de marzo, el presidente de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, John Bailey, fue acusado por al menos 3 personas de conductas sexualmente inapropiadas en el espacio de trabajo. La organización, que es la encargada de entregar los premios Oscar, abrió inmediatamente una investigación que podría tener como resultado la expulsión de Bailey de la Academia.

Desde antes de que estallara el caso de Harvey Weinstein, la institución ha tenido una política de no tolerancia con los casos de acoso y abuso sexual. Desde diciembre implementaron un código de conducta que tiene como sanción máxima la expulsión, en caso de que se encuentre culpable a algunos de sus miembros de acoso, abuso o discriminación.

Hoy, Bailey negó las acusaciones en su contra. A través de un comunicado enviado a los miembros de la Academia, el presidente señaló que los hechos por lo que lo acusan no ocurrieron y que no había hecho declaraciones públicas para dejar a los encargados de la investigación hacer su trabajo.

El cinematógrafo criticó a la Academia por hacer pública la acusación, ya que de acuerdo al código de conducta, el proceso debió haberse mantenido confidencial. Además, Bailey señaló: "Hay solo una acusación de hace 10 años atrás, cuando se supone que intenté tocar a una mujer de forma inapropiada cuando ambos estábamos en una van e íbamos al set de una película. Eso no pasó".

La cabeza de la Academia continuó: "He apoyado a las mujeres durante toda la carrera y estoy feliz de todas las muestras de apoyo que he recibido por parte de numerosas mujeres con quienes he trabajado durante mi carrera".

La Academia declaró en un comunicado el 16 de abril que no comentarían más el caso hasta que la investigación hubiera finalizado.