El personaje Unikitty fue uno de los aspectos destacados de ese sorpresivo fenómeno cinematográfico que fue La gran aventura Lego en 2014. Principalmente, porque no hacía sentido: la criatura, mitad gato mitad unicornio, que podía pasar en cosa de segundos de una personalidad dulzona a ser la ira personificada, representaba el humor caótico que hizo a la película algo especial.
No sólo llamó la atención del público y la crítica, sino también de los productores Ed Skudder y Lynn Wang, quienes decidieron llevar al personaje a la televisión. "Creo que muchas personas de la audiencia fueron sorprendidas positivamente por el personaje. Era un concepto divertido que podía apelar tanto a niños como a adolescentes y adultos", explica Wang a Culto.
Así surgió Unikitty, la serie, que Cartoon Network emite los jueves a las 18.30. Pero no fueron los productores los únicos responsables en llevar el personaje a la pantalla chica. La serie tiene una conexión con Chile, a través de su directora de arte, la chilena-canadiense Andrea Fernandez.
Fernandez nació en Chile y se mudó con sus padres al país norteamericano cuando tenía cuatro años. A los ocho regresó y continuó su educación básica aquí, pero luego se trasladó con su familia de forma permanente a Canadá. "Cuando llegó el momento de estudiar en Canadá y le dije a mis padres que quería estudiar animación, obviamente, siendo inmigrantes, no les parecía mucho la idea de tener una hija artista", dice Fernandez riéndose.
Hoy radicada en Los Angeles, la chilena ya se ha hecho un nombre en la industria de la animación, habiendo colaborado en proyectos de Disney y series anteriores de Cartoon Network, como el revival de Las Chicas Superpoderosas. Aunque, reconoce, no es fácil. "Es un medio muy competitivo, donde no hay muchas series ni puestos de trabajo. Habrá una treintena de series (animadas) y millones de personas. Hay que hacerse un nombre, proyecto a proyecto", dice.
"Andrea nos ayudó a crear el estilo visual característico de la serie. Era un desafío traspasar el mundo de la película a animación 2D, pero hicimos un gran trabajo con ella". Fernández ya había colaborado con Skudder y Wang en un proyecto para una juguetería, y allí surgió el nexo para volver a trabajar juntos. "Unikitty es el proyecto más creativo que he tenido que hacer. No había reglas; podía hacer un mundo de cero. Me imaginé cómo sería un mundo creado por una niña que juega con legos en su pieza", dice Fernandez.
Desde Los Angeles, Fernandez ha seguido de cerca el reconocimiento a Chile por la industria norteamericana. "Aquí la comunidad chilena es muy pequeña, pero cuando pasa algo como el Oscar a Una mujer fantástica, nos ponemos muy contentos. Para mí, sobre todo fue muy importante el Oscar a Historia de un oso. Siempre me ha interesado hacer un proyecto en Chile, pero no sabía muy bien como es la industria allá. Hace poco estaba trabajando en una idea sobre hacer algo con Isla de Pascua, pero justo salió Moana", dice riéndose. Por el momento, su cabeza (y tiempo) está concentrada en Unikitty. Pero mira de reojo su tierra natal. "Para mí el ser chilena es muy importante y creo que aquí (en Los Angeles) se busca gente con perspectivas distintas como esta. Una de las cosas más interesantes para mí a futuro sería hacer proyectos latinoamericanos, pero con la calidad de Hollywood", asegura.