Julia Kristeva fue agente del servicio secreto comunista

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Según una comisión estatal, la autora y filósofa de origen búlgaro y radicada en París, colaboró con la KGB soviética.


Alrededor de 100 mil agentes e informantes colaboraron estrechamente con la KGB soviética previo al colapso del régimen comunista, en 1989. La comisión estatal búlgara dedicada a identificar a quienes se alinearon con sus servicios secretos, reveló ayer que una de sus más hábiles espías, "Sabina", fue la chapa con que la reconocida escritora, filósofa y psicoanalista Julia Kristeva (1941) habría operado durante los años del primer departamento del Comité para la Seguridad del Estado, a cargo del área de las artes y los medios de comunicación.

Nacida en la localidad búlgara de Sliven e hija de fieles ortodoxos, Kristeva se educó en la Alianza Francesa de Sofía y, mientras escribía su tesis universitaria sobre el nouveau roman, postuló a una beca del gobierno francés que le permitió llegar a París en 1965, donde aún vive junto a su esposo, el también escritor Philippe Sollers. Actualmente posee 8 doctorados y enseña Semiología en la State University de Nueva York y la Universidad París VII Denis Diderot. Fuertemente influenciada por Lévi-Strauss, Barthes, Foucault, Freud y, sobre todo, Jacques Lacan, la autora distinguida en 2004 con el prestigioso Premio Holberg y miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias, ha escrito más de 30 libros, entre los que resaltan Sèméiotikè y La revolución del lenguaje poético (1970).

Autora de múltiples reflexiones sobre la mujer y su rol en la sociedad contemporánea, Kristeva ha sido resistida por algunos movimientos feministas. Sin embargo, su trilogía acerca del "genio femenino" -compuesta por ensayos sobre Hannah Arendt, Melanie Klein y Colette- la hizo ganar reconocimiento. Del mismo modo, sus trabajos sobre xenofobia y migración se consagraron con la aparición de Extranjeros para nosotros mismos (1988), acaso el más célebre de sus libros traducidos al español y fuera del espacio académico.

Según la misma comisión que acaba de identificarla como agente secreto, Kristeva comenzó a trabajar para la organización de seguridad del Estado en 1971. El documento, sin embargo, no especifica cuánto tiempo colaboró o si es que recibió algún pago a cambio. La autora, por su parte, señalada por la revista Foreign Policy como una de los 100 mejores pensadores del siglo XX, no ha comentado aún sobre las acusaciones en su contra.

En noviembre de 2011, la Universidad de Chile la invitó para participar en la Feria Internacional del Libro de Santiago y a dictar la cátedra Políticas de la Diferencia. Ante la multitud que llenó uno de los salones de la Estación Mapocho, Kristeva citó a dos de sus autores predilectos: "Uno es Montesquieu", les dijo: "'El estudio fue para mí el remedio soberano contra el disgusto de la vida'. La otra es de Gide: 'Hay que contar la historia por alguien que tenga rabia'", agregó.

Retornaría a nuestro país en junio de 2017, para el Festival Puerto de Ideas, donde fue entrevistada por la antropóloga y Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2013, Sonia Montecino.

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