La escena ocurre en Las Vegas y en ella Luis Miguel y su hermano Alejandro discuten sobre la polémica, y nunca aclarada, desaparición de su madre, Marcela Basteri, ocurrida en 1986. El menor del clan le reprocha al cantante su pasividad frente al asunto; él, en cambio, solo escucha. Este es solo uno de los temas que tratará la nueva serie de Netflix dedicada a la vida del artista, que se estrenará en los próximos meses y que es protagonizada por el actor y cantante mexicano Diego Boneta. "Ha sido un gran honor, desde que me quedé con el papel, porque sabía la responsabilidad que todo esto llevaba detrás por muchas cosas, entre ellas porque era la primera vez que contaba su historia", dice Boneta en un encuentro con periodistas latinoamericanos -al que tuvo acceso Culto- organizado por la plataforma de streaming.

La serie cuenta con la aprobación de Luis Miguel, quien incluso se ha reunido con Boneta. "Tiene un gran sentido del humor, nos morimos de la risa, cuando nos conocimos no estaba en personaje, no tenía nada y después nos vimos y se quedó viendo y dijo: 'Pero qué guapo estás, qué guapo eres'. Estaba muy contento, lo cual a mí me hizo feliz", cuenta el actor, que tiene vínculos con el ídolo, ya que salió con su hija, Michelle Salas.

Los cambios a los que hacía referencia Luis Miguel no eran menores. Boneta señala que pasó horas viendo entrevistas y que incluso fue donde un profesor de canto para pedirle sonar como el intérprete de "La Incondicional". "Tuve que volver a aprender a cantar para sonar como alguien más. Desde el vibrato, desde la cadencia, la pronunciación de vocales, de cosas súper chiquitas, no las eses y cosas que todo el mundo oye", explica.

También añade que hubo una transformación física, como broncearse, el corte de pelo, bajar diez kilos y, obviamente, la separación entre los dientes. "Eso fue un rollo, yo juraba que iba a ser algo súper sencillo. Algo que para mí era súper importante, pasé mucho tiempo estudiando su sonrisa, que es muy icónica y con todas las prótesis, como que te cambia un poquito la cara. Entonces mi ortodoncista me puso una resina como la que usan para los brackets, pero en vez de color diente, color negra. Y me la puso y me la selló como prueba, así que es permanente pero no es invasivo, te lo quitas como si fuera un bracket", advierte.

Dijo que pudo estar con Luis Miguel, ¿cómo fue esa preparación?

La preparación más fuerte fue lo que hice por mi cuenta, aunque estuve tiempo con él, porque generalmente cuando te toca hacer estos papeles las personas con las que te toca están muertas. Él tiene 47 años, está súper joven. Poder pasar tiempo con él y ver sus manerismos, ver cómo habla. Cada cosita ayuda, hay que ser muy respetuoso porque ya le había tocado contar todo y hay temas que son difíciles y no quería tocarlos, no fui por eso. Todo lo que se está contando es su verdad, para mí era desde otro punto de vista, era irme más por el lado humano, mi trabajo aquí es humanizar a la leyenda. Entonces, eso era lo que yo quería hacer.

¿Cómo cambió la imagen que tenía antes a la que tiene ahora de Luis Miguel?

Cambió radicalmente en la forma más positiva. Todos los artistas son vidas duras, son vidas donde sacrificas mucho y el buen arte viene de eso, viene de experiencias así. No sé si vieron Ray (Charles) y dices no puede ser que Ray pasó por esto y aun así fue el artista que es. Y hay una admiración y un respeto más profundo porque hay contexto detrás de todo. Y le admiro mucho que él tenga la valentía de contar temas que para mí son tan personales. Le admiro muchísimo eso, como alguien que escuchaba su música desde los tres años y el primer artista que vi en concierto y la primera canción que me tocó cantar de un artista en un show de pura coincidencia. Realmente mi admiración por él creció mucho, porque creció como persona, ya no lo admiro solo como artista, sino como persona.

¿Has sentido la presión, porque no es solo famoso en México, sino en toda América Latina?

Y aunque haya hecho todo lo que he hecho, sé que habrá gente que diga cosas. Eso está fuera de mi control. El chiste de la actuación es que si tú te la crees, los demás te la creen. Ya lo que tienes que hacer para creértela es el trabajo que tienes que hacer. Yo para creerme que era él, sabía que tenía que hacer toda esta preparación. Yo sé que eso es todo lo que humanamente puedo hacer, ya lo demás está en las manos del público, pero mi responsabilidad como actor la hice. Entonces, pase lo que pase, estoy muy contento de ser parte de esto, es un honor ser parte de esto. Es un reto enorme, el más grande que me ha tocado. En vez de hacerme chiquito con el reto, pues me dieron ganas de darle con todo y meterme con todo y sin miedo.