Más que nunca, la edición número 71 del Festival de Cannes parece mirar hacia el este. Desde allá vienen algunas de las películas más importantes que ayer anunció en París su delegado general, Thierry Frémaux. Al revés, en el punto cardinal opuesto se encuentra la nave imperial de Hollywood, la galaxia del cine a la que el festival francés parece siempre tratar con obligado respeto y al mismo tiempo un desdén difícil de disimular.

En una decisión bastante sorprendente, la prestigiosa muestra fílmica incluyó este año películas de ocho directores que nunca antes habían disputado la Palma de Oro: el iraní Jafar Panahi, el polaco Pawel Pawlikowski, la libanesa Nadine Labaki, el ruso Kirill Serebrennikov, el estadounidense David Robert Mitchell, el japonés Ryusuke Hamaguchi, la francesa Eva Husson y el egipcio Abu-Bakr Shawky.

Quedaron fuera de Cannes realizadores que son normalmente número fijos y que tenían sus nuevas películas en la puerta del horno: Olivier Assayas, Paolo Sorrentino o Mike Leigh, por ejemplo. Entre los clásicos que retornan sobresale Jean-Luc Godard, el más venerado de la Nueva Ola y quien a los 87 años participa con Le livre d'image. Lo paradójico es que Godard, figura de adoración para la cinefilia mundial, nunca ha ganado la Palma de Oro. De la película poco se sabe, salvo que fue filmada durante dos años en varios países árabes. En el afiche promocional aparece Godard con un habano en la boca.

El infiltrado

Una de las sorpresas es la selección de BlacKkKlansman, la nueva película del afroamericano Spike Lee. Hace 27 años, desde Jungla de fiebre (1991), que Lee no estaba en Cannes, donde comenzó su carrera internacional, cuando presentó Haz lo correcto (1989). Ahora, retorna con la cinta basada en el libro homónimo de Ron Stallworth, un policía negro que en 2006 logró infiltrarse en el Klu Klux Klan de Colorado Springs. ¿Cómo? Llamó por teléfono, se hizo pasar por blanco y cada vez que le tocó reunirse con los jefes del Klan, mandó un colega blanco que lo suplantaba. Actúan, entre otros, John David Washington, Adam Driver y Topher Grace.

Una de las películas más esperadas es Todos lo saben, el debut en español del iraní dos veces ganador del Oscar extranjero, Asghar Farhadi. La cinta, que en principio iba a ser producida por Pedro Almodóvar y terminó en manos de Morena Films, compite y además abrirá el certamen, que se extiende del 8 al 19 de mayo. Su protagonista es Laura (Penélope Cruz), quien junto a su esposo (Ricardo Darín), viaja desde Argentina a su pueblo natal en España para el casamiento de su hermana. Una vez en la celebración, donde también participa su ex pareja (Javier Bardem), un hecho inesperado desata tensiones graves.

Compatriota del iraní Asghar Farhadi es Jafar Panahi, quien llega con Three faces, obra de la que hay escasas pistas (se sabe que trata sobre tres actrices) y que el ganador de Berlín 2015 rodó nuevamente en la clandestinidad. Así ha sido desde que en el año 2010 el gobierno de su país le prohibiera filmar y salir de Irán. También es disidente político el ruso Kiril Serebrennikov, actualmente bajo arresto domiciliario, y que presenta en la competencia Summer, una producción sobre el cantante de rock Viktor Tsoi (1962-1990), figura de culto durante la Unión Soviética.

Otras propuestas de los consagrados son Dogman, western urbano del italiano Matteo Garrone (Gomorra); Ash is purest white, cinta sobre el hampa china de Jia Zhangke (Mountains may depart), y Shoplifters, película en que el japonés Hirokazu Kor-Eda (De tal padre, tal hijo) describe las correrías de un muchacho adoptado por una humilde familia.

Fuera de competencia hay al menos dos documentales que llaman la atención a primera vista. Wim Wenders, el director de Las alas del deseo, presentará Pope Francis: A man of his word, una producción que perfila positivamente la figura del pontífice. Los ex compañeros de causa revolucionaria de Mayo del 68 Romain Goupil y Daniel Cohn-Bendit dirigen La traversée, donde entrevistan a varias figuras políticas francesas a propósito de los 50 años de los acontecimientos, entre otros al actual presidente Emmanuel Macron.

Ruptura

El valle más oscuro de Cannes 2018 será la ruptura de relaciones entre el festival y Netflix. Debido a una nueva ley francesa, el rey del streaming no puede estrenar sus películas en la competencia y sólo tiene derecho a darlas en forma paralela. El encuentro galo ofreció esta última oportunidad al gigante mediático, pero no hubo respuesta positiva de parte de los ejecutivos de California. De esta manera Cannes no podrá estrenar este año varias esperadas producciones financiadas por Netflix, entre ellas Roma, de Alfonsó Cuarón; Norway, de Paul Greengrass (sobre la matanza del neonazi Anders Breiwik en Noruega), y The other side of the world, la película inconclusa que Orson Welles filmó entre 1970 y 1976.

La poca presencia en general de Hollywood en esta ocasión será compensada con el estreno de Han Solo: A Star Wars story, largometraje de Ron Howard sobre los años juveniles del héroe del lado luminoso de la fuerza.