El lugar fue el estudio Olympic en Londres, el día fue en junio de 1968 y 'las musas' fueron los hombres que conforman los Rolling Stones.
Jean-Luc Godard da cuenta -desde su particular perspectiva- del proceso de grabación de la canción "Sympathy for the devil" del álbum Beggars Banquet en este proyecto originalmente llamado One plus one.
Aunque obviamente lo hay, pareciera que no existe proceso de edición, ya que el cineasta franco-suizo muestra sin filtro el trabajo de los músicos británicos, con errores, aciertos, en pleno trabajo y también en los momentos de descanso.
Con reiteradas tomas de cada parte de la composición, Sympathy for the devil da cuenta del desempeño de todos sus realizadores, sus reacciones, expresiones y las fallas que los llevaban a grabar todo de nuevo.
Bill Wyman y Brian Jones, por ejemplo, se mantuvieron más al margen simplemente grabando sus partes. Charlie Watts se remite a la batería con un ritmo que parece molestar a Jagger, quien intenta comenzar una y otra vez hasta que el calce sea perfecto. Keith Richards, en tanto, juega con la guitarra, da vueltas de un lugar a otro y se muestra activo. Incluso lo captura dirigiendo la grabación de los coros que dicen "woo woo".
La transformación de un suave blues a una suerte de samba tribal, fue más bien la excusa de Godard para plantear una revolución. Y es que Jean-Luc viajó de Londres de París cuando las revoluciones de mayo de 68 estaban en su apogeo en Francia.
Por ello, no todo es Rolling Stones. Godard no se limitó a dar una ventana a la sesión de grabación de los hombres de "She's like a rainbow", además insertó frases y escenas inconexas sin relación alguna con los músicos, solo con la revolución.
Algunas de las bizarras e incomprensibles escenas consistían en un grupo de militantes del Partido de las Panteras Negras en un depósito de autos ejecutando mujeres blancas. Un vendedor de libros leyendo Mein Kampf de Hitler a los clientes de su tienda, y una joven que recorre un prado seguida de un equipo de cámaras y micrófonos que le preguntan diversos temas a los que ella solo responde sí o no.
Si el espectador se basa netamente en el título de este documental, es fácil sentirse engañado ante las proclamaciones artístico-político que en él se encuentran. Godard sigue fiel a su estilo de creación cinematográfica ya que no se entrega a los Rolling Stone, más bien, los convierte en un accesorio.
https://www.youtube.com/watch?v=D8K6SUFt9Vs