Todo comenzó con un cadáver lanzado al Atlántico, cerca del sur de España, el 30 de abril de 1943. Era el cuerpo de un vagabundo sin identificación al que los ingleses le pusieron los falsos documentos de un supuesto mayor Martin, espía de alto rango. Entre otras cosas, cargaba con las ficticias cartas del Alto Mando aliado donde se indicaba que invadirían Cerdeña y los Balcanes, pero no Sicilia. Tras encontrar el cuerpo y registrar los papeles, los alemanes picaron el anzuelo: redoblaron sus fuerzas en los supuestos objetivos anglo-estadounidenses y se olvidaron de Sicilia. Por supuesto, el siguiente paso fue la invasión aliada a la isla del sur de Italia, una victoria más fácil de lo prevista por ingleses y norteamericanos.
Esa es la historia que solía contar el periodista Otis C. Guernsey Jr., reportero estrella de The Herald Tribune, sobre la "Operación Carne Picada" de la Segunda Guerra Mundial. También acostumbraba decir que el exitoso truco para desorientar a los alemanes le sirvió para crear una historia sobre un vendedor viajero que era confundido con un espía. Eso sí, Guernsey Jr . concedió que la idea era algo "banal" y "falta de lógica", aunque eso no fue impedimento para vendérsela a Alfred Hitchcock (1899-1980) por 10 mil dólares. Nueve años después, el hombre al que confundían tenía el rostro de Cary Grant y la película se llamaba Intriga internacional (North by Northwest, 1959), uno de los mayores éxitos comerciales y críticos del cineasta británico
La película, la última de las cuatro en que Hitchcock dirigió a Cary Grant, se reestrenará el sábado 9 de junio en las salas Cinemark de Santiago y regiones, repitiéndose el martes 12 de junio, el sábado 23 de junio y el martes 26 del mismo mes. Su llegada a los cines locales sucede a los ya legendarios reestrenos, a lo largo de los años 90, de tres de las obras maestras del inglés: La soga (1948), La ventana indiscreta (1954) y Vértigo (1958).
Si en estas últimas el protagonista era James Stewart (el más atormentado de sus actores favoritos), en Intriga internacional Grant es capaz de proveer un encanto sólo reservado a una estrella sofisticada y galante. Antes de participar en el filme, el actor inglés había estado en otros tres largometrajes de Hitchcock (Sospecha, Tuyo es mi corazón y Para atrapar al ladrón), pero por poco no aceptó el rol del publicista Roger Thornhill. Con 55 años, se consideraba demasiado viejo para el personaje.
La única cinta que Hitchcock realizó para los rutilantes estudios Metro Goldwyn Mayer (casi siempre trabajó con Paramount y Universal) es un oasis de diversión en medio de largometrajes más sombríos. El director venía de hacer Vértigo (1958), película de connotaciones trágicas que en su momento fracasó en la crítica y recaudó menos que sus otros trabajos. Tras Intriga internacional realizaría nada menos que Psicosis (1960), clásico de suspenso y horror al que le faltó todo el presupuesto que su predecesora mostraba en cada escena y cada decorado.
Hasta hoy, y debido a la categoría de obra maestra de Vértigo y al estatus de culto de Psicosis, Intriga internacional tiende a palidecer injustamente por comparación. El propio cineasta no contribuyó demasiado a perpetuar el nombre de la película en las conversaciones que mantuvo con François Truffaut y que fueron publicadas en el famoso volumen El cine según Hitchcock, de 1966. "Quería hacer algo divertido, ligero y libre del simbolismo que permeaba las otras películas", se lee en el canónico volumen cinéfilo.
Pero más allá de las opiniones de su autor, que siempre podían desplegar una buena dosis de ironía y no deberían ser tomadas totalmente en serio, Intriga internacional capturó como ninguna la temperatura de la época. El clima político de la Guerra Fría, la doble moral y el auge de los personajes inspirados en los publicistas de la Madison Avenue de Nueva York (los mismos que, 50 años después, serían rescatados en la serie Mad men), están en el menú de Intriga internacional.
Sólo un guionista como Ernest Lehman (el mismo de Sweet smell of success y ¿Quién le teme a Virginia Woolf?) pudo tener la habilidad para darle espesor a esta historia de espías falsos. Por lo demás, Intriga internacional prefiguró en tres años el esquema dramático y visual de la serie de James Bond.
Un publicista en apuros
La trama se cuelga de todos los avatares y sinsabores que le ocurren a Roger Thornhill (Cary Grant), ejecutivo publicitario que es confundido con el supuesto espía George Kaplan en un lujoso hotel neoyorquino. Maniatado y a bordo de un auto, el bonachón y carismático Thornhill (se sabe que James Stewart deseaba este rol, pero Hitchcock siempre quiso a Grant) es conducido a la casa de Phillip Vandamm (James Mason), un villano con clase y estilo.
El personaje de Vandamm, que inspiraría varios archienemigos de la saga Bond, es sofisticado, obedece a intereses extranjeros y pretende sacarle información a Kaplan (es decir a quien cree que es Kaplan, que en realidad es Thornhill), antes de eliminarlo. De una u otra forma, el personaje a cargo de Grant logra ir zafando de los múltiples intentos de asesinarlo: desde la simulación de un accidente automovilístico hasta la famosa escena en que una avioneta de fumigación lo persigue en un campo que, en apariencia, no necesita ser fumigado.
No pasará demasiado tiempo antes que Thornhill se dé cuenta de que su periplo tiene connotaciones kafkianas: los agentes gubernamentales le informan que el tal Kaplan no existe y que es un nombre inventado para despistar a Vandamm y a sus secuaces. Lo tenebroso es que no están dispuestos a proteger a Thornhill, pues les sirve para distraer a los villanos. Mientras tanto, el publicista (soltero y con tiempo para seducir en medio de sus pesadillas) conoce en un tren a Eve Kendall (Eva Marie Saint), la auténtica agente gubernamental que pretende desbaratar la banda de Vandamm.
Desde las arremetidas de la avioneta fumigadora hasta la última escena de persecución en el Monte Rushmore (donde Cary Grant se esconde en la nariz del rostro esculpido de Lincoln), Intriga internacional exhibe un despliegue sorprendente de recursos de producción, incluso para los estándares de Hitchcock. Entre las curiosidades, hay que decir que el director filmó varias escenas con Cary Grant alrededor del edificio de las Naciones Unidas en Nueva York. Nunca le dieron el permiso, así es que lo hizo a riesgo de que se llevaran preso a todo el equipo.
Otro de los clásicos detalles escenográficos fue que la casa del villano Vandamm estaba hecha a imagen y semejanza de las construcciones del arquitecto Frank Lloyd Wright, el más famoso del momento. La suntuosidad en el diseño de producción de Intriga internacional sería otra marca de fábrica de las películas -posteriores- de James Bond.
Para cerrar el círculo de influjos, vale la pena reparar en que, de acuerdo con el historiador inglés Ben Macintyre, la "Operación Carne Picada" de la Segunda Guerra Mundial tuvo su origen en una instrucción escrita por el almirante John Henry Godfrey, quien a su vez se basó en consejos de su asistente Ian Fleming, el futuro creador de Bond.
Sesenta años de Vértigo
Poco antes de la exhibición de Intriga internacional en las salas locales, se cumplen además los 60 años de Vértigo, estrenada el 9 de mayo de 1958 en San Francisco, la ciudad donde transcurre sutriste historia: la de "Scottie" Ferguson (James Stewart), el detective que se obsesiona con Madeleine (Kim Novak), la esposa de un amigo.
Ubicada constantemente en las listas de las mejores películas, Vértigo escaló en 2012 al primer lugar en la elección que cada década hace la revista británica Sight & Sound. Aquella encuesta entre críticos y cineastas es probablemente la más prestigiosa entre los medios internacionales y durante muchos años fue liderada por Ciudadano Kane (1941), de Orson Welles. Vértigo aparició por primera vez en la lista en 1982 y en 2002 ocupó el segundo puesto.
Pero, más allá de sus movimientos en las tablas de posiciones, la relevancia de Vértigo y el reestreno de Intriga internacional sirven para corroborar el inoxidable vigor de Hitchcock, de cuyo nacimiento se cumplirán 120 años en agosto de 2019. Fallecido hace exactos 29 años -el 29 de abril de 1980-, el realizador no ha hecho más que crecer desde su revaloración en los '60. Desde que le dijera a Trufaut que Intriga internacional era algo "divertido, ligero y libre de simbolismo".