Era mayo de 2016 cuando en Pargua, zona conocida en el sur de Chile por servir de tránsito hacia la isla de Chiloé, se instalaba la que hasta ahora es la última obra monumental que la escultora chilena Marcela Romagnoli (1970, Santiago) situó en una zona pública. Cuatro figuras de bronce, fierro lacado y acero inoxidable ocupan 2.600 metros cuadrados de terreno y 12 metros de altura. Al borde del mar, se sitúan los cuatro canoeros que reman a contracorriente, tal como el nombre de su trabajo lo indica.
Fue casi al mismo tiempo que instaló su obra Contracorriente que Romagnoli decidió dejar por un tiempo los concursos públicos y privados de esculturas a gran escala. Optó en cambio por dedicarse por un periodo de tres años aproximadamente a desarrollar A Partir del Origen, exposición que recolecta su trayectoria y expone al público su proceso constructivo y creativo, su aproximación a los materiales y a la figura humana.
En esa búsqueda llegó al Centro Cultural El Tranque en Lo Barnechea. Tras un intento fallido por mostrar sus esculturas en el Museo Bellas Artes, conoció a Felipe Guevara, alcalde de la comuna del sector oriente.
En un inicio acordaron situar una de las obras en un terreno por definir. Sin embargo, mientras se gestionaba la elección y discusión del espacio, que aun no ha sido zanjado, la artista propuso al municipio una exposición grande que recogiera sus 25 años de carrera: 91 trabajos de gran, mediano y pequeño formato en mármol, sal, madera, bronce, aluminio, fierro fundido y fibro-resina.
Así, el mismo centro que en esta misma fecha recibió en 2017 a Sergio Castillo, decidió este año abrir su temporada cultural con la exposición de Romagnoli, que hasta el momento ha recibido a alrededor de 1.800 visitantes.
Esculturas monumentales
Puerto Natales, Concepción, Santiago, Chillán, Pelequén, Curanilahue y Calama son los lugares en los que la artista ha ubicado a través de múltiples concursos 16 esculturas a gran escala.
Su completa dedicación a este universo artístico comenzó en 2004, tras desmontar la que fue su última y más grande exposición en solitario en el Museo de Artes Visuales, Amantes en Calce. Decidió dejar de dar prioridad a las galerías y espacios de exposición para posicionar sus obras en escenarios más amplios, en su gran mayoría al aire libre y a vista de los transeúntes. Obras para las masas, tal como sus piezas, la mayoría en réplicas, buscan formar comunidades.
"Soy un poco critica de las galerías, de los espacios cerrados y silenciosos. Por eso también me demore tanto en volver a hacer una exposición individual, pero en el fondo uno necesita también mostrar lo que va desarrollando y cuando cierras un ciclo es momento de compartirlo y avanzar", cuenta Romagnoli.
A lo largo de su carrera se ha atrevido a cambiar de espacios y climas, pero lo que nunca ha abandonado es su obsesión por las figura humana. "He ido simplificando y abstrayendo la forma y los volúmenes cada vez más, pero la figura humana es mi referente. Además, es lo que me hace nexo con el público. Me interesa que al verla se sientan identificados".
¿Hay algo con lo que se debe ser cuidadoso al montar una escultura en un espacio público?
Creo que es más difícil ser respetuoso con la obra de arte que con el espacio público. Generalmente uno pelea con los postes de luz y otras cosas que ensucian la mirada y cuando uno prepara un concurso trata de hacerle el quite a esas cosas para que la obra se vea limpia y que la gente pueda apreciarla. Hay una obra bien icónica, un buque de Pancho Gacitúa que se instaló hace años en la explanada del Parque Arauco cuando no era tan grande. Después, empezaron a poner carpas e invadir todo el lugar y les importó nada. Finalmente se la llevaron al edificio nuevo de la Cámara Chilena de la Construcción donde quedó apretada pero más limpia. Por eso, creo que es al revés.
¿Luego de esta exposición qué planes tiene?
Está casi zanjada la itinerancia de la muestra en el nuevo Centro Cultural de Monte Patria, localidad cercana a Ovalle. Además estamos en la gestión con la Fundación Pro Cultura para gestionar el proyecto de obra monumental más grande de mi carrera: una escultura de mármol de Calama y Bronce en el pueblo Tierra Amarilla. Después, también con la misma fundación, estamos viendo la posibilidad de llevar una obra grande al GAM y un proyecto para el sur, específicamente en Lota, que también quedaría en un espacio público. Esos son mis planes a futuro.