Fue una celebración de cumpleaños número 90 la que marcó el momento en que Ingrid Isensee quedó deslumbrada con una persona que, dentro de un clan familiar grande pero más bien de relaciones distantes, apenas conocía: su tía abuela Felisa Isensee, una mujer que parecía adelantada a unas cuantas generaciones.
"Sabía que en dictadura había tenido dos hijos exiliados, pero que siempre se había mantenido muy firme. En esa fiesta, que era con mariachis y ella estaba cantando muerta de la risa, dije: quiero conocerla, quiero saber cómo, pese a todas las dificultades, ha llegado así a esta edad", dice la actriz de películas como El bosque de Karadima y La voz en off, que luego comenzó a grabar con una cámara las conversaciones que fueron sosteniendo. Las mismas que hoy forman parte central de Felisa y yo, documental autobiográfico en que debuta como directora y guionista de largometrajes (tras haber codirigido el corto de ficción El puente con Macarena Saquel) y donde arma un relato en que dialogan esas imágenes de archivo con lo que vive actualmente.
"Me llamó la atención esta figura tan potente en la familia, que había llevado su vida muy en sus propios términos. Era una feminista sin intención de serlo", dice sobre su ya fallecida tía abuela. "Le empecé a preguntar de todo y en las conversaciones había un tema que iba y volvía: la maternidad. Me preguntaba mucho si yo quería tener hijos y también me hablaba de cómo, mientras trabajaba, había planificado el nacimiento de su primera guagua para sus vacaciones", cuenta Isensee, por estos días en ensayos de la obra Últimos remordimientos antes del olvido (en Mori Bellavista desde esta semana).
Tuvieron que pasar algunos años para que se diera cuenta de lo que tenía enfrente: el punto de inicio para un relato que, como está estructurado ahora, toca desde el rol de la mujer en el siglo XX a las expectativas que hay sobre una actriz chilena como ella, tanto en lo profesional como en lo íntimo, concentrando el foco en las posibilidades de ser madre cuando se han pasado los 40. Un filme, aún con parte del rodaje pendiente, en que se pone en pantalla a sí misma: en consultas con ginecólogos, conversaciones con familia y amigos o en su casa junto a su gato Bicho.
"Evidentemente, para no haberme embarazado a esta edad, no es que haya sido un deseo, pero cuando aparece me pregunto: ¿estos cuestionamientos son míos o son sociales? La película trata de exponer esas interrogantes", afirma, junto con comentar que existe una mirada crítica: "Lo que hago en el documental es romper permanentemente con todos los estereotipos". Aquello se traduce, por ejemplo, en que la historia también la mostrará en piezas de publicidad que hizo en sus inicios o en cintas como Baby shower, el largo de terror de Pablo Illanes que protagonizó.
"Estoy jugando todo el rato con estos tres soportes: el pasado, el presente y el archivo mío en ficción, donde siempre fui mamá perfecta. La idea es que tenga sentido del humor, porque creo es la manera que tengo de lidiar con los temas", explica la actriz, que en 2016 dirigió junto a Pablo Paredes (El reemplazante) la obra El cuerpo de mi padre, donde ellos y sus respectivos papás subían a escena.
Los premios a su historia
Felisa y yo, realizado por Isensee en sociedad con la productora Cynthia García Calvo (Swing), viene de recibir el apoyo del prestigioso Instituto de Cine de Tribeca, entidad cofundada por Robert De Niro y vinculada al festival neoyorquino del mismo nombre. Como ganadora del Fondo Latino, que este año dio respaldo económico a cinco proyectos documentales en etapas similares, se le otorgó un premio que permitirá avanzar en el trabajo de montaje, a cargo de Soledad Salfate (Una mujer fantástica), mientras continúan con las filmaciones y se apunta a un estreno en 2019. La planificación incluye el inicio, durante las próximas semanas, de una campaña de crowdfunding que permitirá completar el financiamiento.
Pero por determinado que parezca su primer paso como directora de un largo, Isensee es clara en sus definiciones. "No me siento cineasta ni estoy haciendo una carrera. Una cosa no quita la otra (también ser actriz) y creo que podemos hacer todo en la medida que haya tiempo y salud".
Sobre la perspectiva de género de sus proyectos más personales, también opina: "Es de una manera muy intuitiva y, como Felisa, sin ser militante -que me encantaría serlo, pero no tengo el talento ni esas características-. Creo que todo lo que hago inevitablemente tiene ese tinte, y en el documental todos los cuestionamientos que pueda tener una mujer de mi edad, que se dedica a lo que yo hago, van a estar presentes. Quiero hacer un retrato súper fiel de lo que soy y del país donde vivo".