Steven Wilson: "Creo que llegué a ese punto en el que ya es difícil categorizarme"
El último ídolo del rock de vanguardia vuelve hoy al Caupolicán con su disco más pop y un show que, según cuenta, tiene elementos de Chile, donde goza de un llamativo arrastre.
A medida que el rock comienza a perder terreno en los ránkings y en el imaginario colectivo de un nuevo público, cada paso que toman los últimos héroes del género es observado con preocupación por los más puristas. Lo padecieron los estadounidenses Queens of the Stone Age el año pasado, cuando anunciaron un álbum producido por Mark Ronson, el último Rey Midas del pop bailable. Y, recientemente, el cuarteto Arctic Monkeys, con un nuevo disco que causó escozor entre quienes todavía esperan su cada vez más improbable retorno al pulso acelerado de sus inicios. Algo similar vivió el británico Steven Wilson con su último trabajo de estudio, el que incluso antes de ver la luz, en diciembre pasado, fue materia de análisis en foros de fans por lo que, intuían, sería su despedida de la música de vanguardia para abrazar el pop de masas.
Pero nada de esto finalmente ocurrió, y Wilson se anotó un triunfo con To the bone, un quinto álbum solista en el que si bien simplificó sus siempre complejas fórmulas en busca de un alcance más amplio, no abandonó la esencia de su música. De hecho, según cuenta a Culto por teléfono, hasta sus fans más ortodoxos disfrutan ahora una canción como "Permanating" y su línea de piano bailable. "Eso me deja claro que, al final, si la canción es buena, la puede apreciar incluso ese tipo que se toma más en serio el rock y que llega a ser medio snob ante la idea de un pop más festivo", asegura el músico, quien cuenta que "Permanating" se transformó en el clímax de los shows de su nueva gira, "algo que ni en mis mejores sueños hubiese imaginado".
Con este nuevo tour promocional iniciado en enero, y un show que incluye múltiples pantallas, Wilson se reencuentra esta noche con sus seguidores chilenos en el Teatro Caupolicán, en un nuevo capítulo de su singular culto local. Será su octavo recital en el país desde su debut en 2012, y su vuelta a Chile tras su comentado paso del año pasado por el Desierto de Atacama, donde grabó un videoclip y prometió a este mismo medio "volver a la tradición de los grandes discos de pop".
- ¿Cómo ha sido la experiencia en vivo de To the bone? Hace un tiempo reconoció en su sitio web algo de preocupación con la recepción que éste tendría.
- Ha sido una sorpresa agradable darme cuenta de la buena aceptación que ha tenido, porque es un disco muy distinto. Me fui acostumbrando al hecho que, a lo largo de los años, cada vez que cambiaba de dirección creativa no todos mis seguidores lo apreciaban, algo más o menos esperable. Pero con To the bone, más que con los dos discos anteriores, estaba con una sensación no diría de preocupación, pero sí esperaba que algunos fans reaccionaran negativamente a ciertas canciones, y la verdad es que ha ocurrido lo contrario.
- El año pasado, en una charla en Chile, el periodista de Rolling Stone David Fricke lo destacó como el artista más creativo del rock actual. ¿Siente que su música entra todavía en esa categoría?
- Bueno, es muy halagador que David haya dicho eso, no lo sabía. Pero en cuanto a tu pregunta, me cuesta reducir mi trabajo a un solo género. Los artistas que más me han inspirado son aquellos de los que tampoco puedes decir a qué género pertenecen. Por ejemplo, ¿cómo definirías la música de David Bowie? Es difícil, porque lo que hizo fue único y simplemente suena a David Bowie. Lo mismo corre para Peter Gabriel, Kate Bush, Frank Zappa, Neil Young... para mí, esos artistas están fuera de cualquier etiqueta y ese es mi propósito, que cuando alguien pregunte qué clase de música hago sólo puedas responder que suena a Steven Wilson. Me tomó un tiempo llegar a esto, llevo 25 años sacando discos, pero creo que ahora llegué a ese punto en el que ya es difícil ponerme en una categoría y eso me pone muy orgulloso.
- En noviembre cumplió 50 años. ¿Fue algo significativo?
- Gracias por recordármelo [ríe]. Bueno, sí, obviamente es algo significativo, pero a decir verdad no me siento y creo que tampoco me veo de 50 años. Por un lado, esto de llegar a medio siglo tiene algo de hito, ya pasé la mitad de mi vida y el reloj avanza. Pero al mismo tiempo veo mi carrera, el punto en el que estoy en mi vida, y debo estar contento. Vivo de lo que más me gusta hacer y puede que no sea el artista más exitoso o popular del mundo, pero a cada lugar que voy tengo fans que aprecian lo que he hecho estos últimos 30 años.
- Entre ellos sus fans chilenos, que han tenido la suerte de verlo en vivo siete veces en seis años.
- Sí, he ido mucho a Chile últimamente, incluyendo el video que grabé en ALMA y que también se muestra en las pantallas en vivo, así que se podría decir que hay un elemento chileno en el show. Para mí, Chile es un lugar del que me terminé enamorando. No sabía qué esperar la primera vez que fui, tal como me pasó cuando por primera vez a Israel, y mucho de eso tiene que ver con que los fans me hicieron sentir muy querido y bienvenido desde el principio. Es una sorpresa muy agradable que tu música sea tan importante para tanta gente en Chile, así que desde entonces me he comprometido a volver la mayor cantidad de veces que pueda.
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