La velada suele comenzar con Richard Cristopher Wakeman sentado en el piano de cola, rodeado por una numerosa orquesta sinfónica que silencia unos segundos sus instrumentos para que éste arranque interpretando la característica introducción de "Life on Mars?", uno de los mayores éxitos que incluye el clásico "Hunky dory", de David Bowie. La elección no es antojadiza: además de haber grabado el piano en la versión original que el Duque Blanco editó en 1971, Wakeman fue uno de los principales aliados que el fallecido artista tuvo en sus primeros años de carrera, por lo que no parece forzado abrir su nuevo show orquestado con un homenaje a la historia que escribió en conjunto con su amigo y compatriota.
La emotiva escena, con la que Wakeman ha dado inicio a los últimos recitales de su proyecto sinfónico, se repetirá en las próximas semanas en Santiago, luego que una productora local amarrara el retorno del emblemático tecladista de Yes con su espectáculo orquestado. La cita está fijada para el próximo 6 de julio en el Movistar Arena, con un concierto en el que el inglés estará acompañado en escena por diversos músicos de la Orquesta Sinfónica de Chile, en lo que desde ya se perfila como uno de los momentos estelares que tendrá la cartelera musical del segundo semestre.
Para los seguidores locales del rock progresivo y su vertiente sinfónica, el evento aparece como un imperdible y una suerte de reencuentro con la historia, ya que este año se cumple una década desde el debut como solista del británico en Chile con un recital en la Quinta Vergara de similares características. Tras su paso por el Teatro Caupolicán a fines de 2012 -en aquella ocasión en formato eléctrico y usando sus diversos teclados y sintetizadores-, el músico de 69 años, uno de los íconos de la era dorada del rock progresivo y probablemente el tecladista más reconocido de la historia rockera, vuelve con nueva puesta en escena y material de estudio reciente.
Todo lo anterior se combina en su nuevo espectáculo sinfónico, el mismo que presentó en marzo pasado en el prestigioso Teatro Colón de Buenos Aires, en dos funciones que cautivaron tanto a la audiencia como a la crítica especializada. Allí, tal como se verá en julio por estos lados, el instrumentista cambia el mellotrón, el moog y otros artefactos con los que ha construido su leyenda, por un imponente y tradicional piano Stenway de cola, con el que repasa éxitos propios y ajenos.
El Duque y el piano
Según detallan los encargados de su visita, el programa que trae Wakeman será algo más extenso que el que mostró en la capital argentina -debido a que allá se presentó en el marco de un ciclo sinfónico-, e implicará al menos dos ensayos previos de éste junto a los intérpretes de la Sinfónica Nacional, quienes trabajarán por estos días en las partituras que Wakeman les envíe.
Éstas últimas incluirán lo más selecto de su obra en solitario, en especial aquellos primeros tres discos conceptuales que firmó con su nombre y con los que maravilló al universo de la música progresiva: The six wives of Henry VIII (1973); Journey to the centre of the Earth (1974), su celebrada musicalización del viaje al centro de la tierra de Julio Verne, y The myths and Legends of King Arthur and the Knights of the Round Table (1975).
También hay segmentos dedicados a Yes, la banda a la que se integró en 1971 -para la grabación del popular álbum Fragile- y a la que ayudó a delinear su sonido definitivo, con memorables y poderosas líneas de teclados análogos y eléctricos. Los títulos escogidos suelen ser "And you and I", "Wonderous stories" y otros clásicos del catálogo de los años 70 del conjunto con el que Wakeman aún sigue girando. De hecho, durante el segundo semestre, el tecladista recorrerá Europa y Estados Unidos con la facción del grupo que también integran Jon Anderson y Trevor Rabin, en un recorrido llamado 100 Show World Tour.
Pero el eje del concierto está en su último disco en solitario, Piano portraits (2017), el álbum que inspira su nuevo espectáculo y en el que el inglés unifica sus dos pasiones, lo docto y lo popular, llevando al piano temas inéditos de su autoría como también éxitos de The Beatles ("Eleanor Rigby", "Help!") y Led Zeppelin ("Stairway to heaven"), además de temas de "Yes, suits" del siglo XIX e himnos cristianos. También, un par de piezas de Bowie, con quien grabó "Space oddity", "Changes2, "Oh! you pretty things" y la citada "Life on Mars?", entre otras.
La muerte del primero, en enero de 2016, motivó la gestación de Piano portraits y este nuevo show, en el que Wakeman unifica sus dos pasiones, lo docto y lo popular, en un emotivo viaje por algunas cumbres de la creatividad humana.