Se podría decir que Chile empezó la casa por el techo. Hubo que llegar a la instancia de tener dos premios Oscar (Una mujer fantástica e Historia de un oso) para que finalmente y después de eternas dilaciones se abonara el terreno para la creación de una Academia de Cine. Entidad aglutinadora de los distintos profesionales que articulan el arte cinematográfico, la agrupación comenzará a funcionar desde este viernes a las 10 de la mañana.
Esa es la hora en que una directiva provisoria debería firmar los estatutos y, por lo tanto, proceder a la constitución legal de la nueva academia. El acto se realizará en la sede de Cinema Chile (en el barrio Bellavista ), el organismo que representa al cine local en el extranjero y que ha sido testigo de las tentativas para crear la academia.
"A estas alturas ya era un escándalo que Chile no tuviera una Academia de Cine. Sobre todo después del Oscar de Una mujer fantástica", comenta el productor Giancarlo Nasi (Jesús), el principal gestor de esta nueva asociación. "Durante los últimos dos años me dediqué a estudiar varios modelos internacionales, en particular el español, que a través de su academia entrega los premios Goya", explica.
Más allá de la célebre Academia de Ciencias y Artes Cinematográficas de Hollywood (con cerca de 7 mil miembros), casi todos los países latinoamericanos tienen un organismo homólogo. Las excepciones son Perú, Bolivia y hasta este viernes 15, Chile.
Pero, ¿de qué sirve esta entidad? ¿Por qué es importante? "Una academia es capaz de organizar a todos los participantes de una disciplina (en este caso el cine) y además democratiza los procesos", precisa Juan de Dios Larraín, productor de Una mujer fantástica. "Permite que las decisiones sean realmente representativas y no a través de comisiones, con personas señaladas a dedo, aunque fuera en buena fe. También nos permite homologarnos con otros países y comunicarnos de academia a academia y no de comisión a academia o viceversa", agrega uno de los socios fundadores de la compañía Fábula (No, El Club, Gloria).
Desde cualquier punto de vista el momento de gloria de las academias de cine en el mundo son los premios. Cada cual hace su propio despliegue y si en Estados Unidos entregan los Oscar, en Gran Bretaña otorgan los Bafta y en Francia los César. En el mundo iberoamericano, España premia con los Goya, México con los Ariel y Argentina con los Cóndor.
"Una academia es también una manera oficial de reconocer los talentos. Ella es la que selecciona, elige y premia el quehacer de sus pripios miembros", fundamenta Juan de Dios Larraín. Actualmente, por ejemplo, las candidatas chilenas a los premios Oscar, Goya y Ariel son elegidas por un jurado de profesionales de la industria establecido por el Consejo Audiovisual, dependiente del entonces Consejo de Cultura.
A la hora de reconocer las obras de los creadores chilenos, es también el propio Consejo Audiovisual el que supervisa el otorgamiento de los premios Pedro Sienna. "Una de las cosas bonitas de tener una academia es que está formada por personas naturales. No es un gremio, pero tampoco depende del gobierno de turno", explica Giancarlo Nasi, que aclara que las conversaciones con el Ministerio de las Culturas están encaminadas para que un futuro próximo la academia pueda elegir la candidata al Oscar, el Goya y entregar los Pedro Sienna.
En la última década el cine local ha acumulado una gran cantidad de premios en el extranjero y la creación de la academia es algo así como la oficialización interna de este prestigio. "Estábamos retrasados en esta institucionalidad a pesar de lo bien que nos ha ido afuera", dice Constanza Arena, directora de Cinema Chile.
Con el objetivo de agilizar el proceso, el organismo chileno comenzará a funcionar con una directiva provisoria encabezada por Nasi, que en un plazo de no superior a tres meses será reemplazada por una nueva elegida por los miembros de la asociación. "Como en caso España, una academia puede tener una labor importante en la educación. Allá tuvo incidencia en la incorporación de cine en los colegios. Por eso, acá pretendemos no sólo trabajar junto al Ministerio de las Culturas, sino también con el de Educación u otros", sostiene Nasi.
En la ceremonia del viernes en Cinema Chile también estará presente la ministra de Cultura Alejandra Pérez. "Entendiendo la relevancia de que en EEUU, España y México sean las Academias de Cine las organizadoras de los Oscar, Goya y Ariel, con el objetivo de promover sus industrias a nivel local e internacional; hoy la creación de la misma en Chile nos visibiliza como un país comprometido con el cine", afirmó.