Francia, 1998. Se daba comienzo a la XVI Copa Mundial de la FIFA, la primera con 32 países disputando el trofeo más deseado por el planeta fútbol.
Footix, la mascota más icónica de todas, la Torre Eiffel de fondo y una horda de chilenos conociendo por primera vez Europa, con el Chile comandado por Salas y Zamorano como excusa. Todos cantando a Ricky Martin, todos con el "ale/ ale/ ale" y su "go/ go/ gol".
Tu instinto natural
La FIFA necesitaba con urgencia una melodía que atrajera a las masas. Una llamada a un artista latino cambiaría la historia de los himnos mundialeros: el puertorriqueño Ricky Martin sería el elegido.
"Tengo que admitir que el desafío me puso un poco nervioso, pero el enorme potencial de crecimiento para mi carrera fue tal que decidí aceptarlo", recordaría el cantante en su biografía oficial.
De inmediato, y en medio de la grabación de su disco Vuelve, el puertorriqueño llamó a personajes acostumbrados al éxito: Desmond Child (uno de los autores de "Crazy" de Aerosmith), Draco Rosa (la mente tras éxitos de Martin como "María") y KC Porter (productor de discos que van desde Luis Miguel a Bon Jovi).
Al menos, en el papel, el sonido estaba asegurado.
El mundo está de pie
La popularidad inmediata de la canción, ayudada en parte por haber sido lanzada varios meses antes de la Copa Mundial, llevó al hombre de "Bella" a convertirse en una celebridad reconocida en cada rincón del orbe.
El disco Vuelve, el que incluía la canción, consiguió vender más de 8 millones de copias y debutó liderando todas las listas latinas de Billboard.
Un año más tarde se convertiría en el "Mejor álbum de pop latino" en los Premios Grammy.
Martin cantó en la ceremonia ante la mirada atónita de Madonna y los Rolling Stones. Un latino los hacía bailar.
En su biografía también saboreó aquel momento: "Fue una oportunidad única para presentar los encantos de la música latina al resto del mundo".
https://youtu.be/Injqz3mds8Q
La copa del amor
12 de julio. Francia, el local, disputaba el ansiado trofeo frente a un Brasil que venía de campeonar cuatro años antes. Antes de la salida de los equipos a la cancha, Ricky Martin se dio el lujo de cantar para 80 mil personas en el Stade de France de Saint-Denis.
Tras un mes de juerga futbolera, la canción llegó a liderar ránkings en Alemania, España, Francia, Suiza y Suecia. En Chile, el podio se disputaba palmo a palmo con "Chileno de corazón", del grupo Mala Junta. Aunque aquella es otra historia, por cierto.
El resultado de esa final es conocido. Zidane comandaría a su país en la hazaña de derrotar a Brasil y conseguir su primera estrella. Los sudamericanos se desquitarían más tarde en Corea y Japón 2002.
Pasaron largos doce años para que Chile, esta vez con Bielsa y el inicio de la generación dorada, pudiera disfrutar de otra canción mundialera: el "Waka-waka". Aunque no se compara, no se compara.
https://youtu.be/tF_ggG5dY5U
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