En julio de 1971, Rick Wakeman debió tomar una de las decisiones más difíciles y determinantes de su vida. Tras despuntar como sesionista y músico invitado en diversos discos de la época y luego de abandonar al grupo Strawbs, el entonces cotizado tecladista de 22 años tuvo que escoger entre dos tentadoras propuestas: unirse a The Spiders from Mars, la banda que acompañaría a David Bowie durante toda esa década, o sumarse a Yes, uno de los conjuntos en ascenso dentro de la escena inglesa del rock progresivo de esos días. Finalmente, Wakeman optó por lo segundo, y con su llegada Yes encontraría su sonido y su despegue definitivo, pero la huella que el tecladista alcanzó a dejar dejó en el pop inglés se puede encontrar en clásicos inagotables, como ese arreglo para "Morning has broken" de Cat Stevens, acompañando las guitarras eléctricas de T-Rex en "Bang a gong (get it on)", o en toda esa obra cumbre que es Hunky dory, el cuarto álbum de Bowie.
A punto de cumplir 70 años, y con una trayectoria que lo ubica entre los más grandes tecladistas de la música popular, el británico vuelve a Santiago el 6 de julio con un espectáculo que, de alguna forma, junta esos dos caminos que en 1971 se separaron. Esa noche, en el Movistar Arena y acompañado por una orquesta sinfónica local, Wakeman y su piano de cola recorrerán los hitos de su carrera, desde "Life on Mars?" de Bowie y los éxitos de Yes hasta clásicos de su autoría, como The six wives of Henry VIII (1973) o Journey to the centre of the Earth (1974).
"La idea surgió en hace unos años a partir de una pregunta que me han hecho muchas veces: ¿cómo se hace una canción? ¿De dónde viene la música que compones? Y mi respuesta siempre ha sido el piano, porque si funciona en el piano funciona de cualquier otra forma", explica el músico sobre el show, que se conecta con su último lanzamiento discográfico, Piano portraits (2017), en el que interpreta piezas selectas del cancionero universal -desde Tchaikovsky a los Beatles- sólo con este instrumento, sin echar mano a los sintetizadores que ha explorado en las últimas décadas.
"En el show, por ejemplo, interpreto Eleanor Rigby de los Beatles, que está en gran parte inspirada en los compositores rusos. También algo de David Bowie, porque trabajamos mucho juntos y fue un gran amigo", cuenta Wakeman, quien en septiembre lanzará un segundo álbum de estas características, Piano odissey. "Esta vez le sumamos una orquesta de cuerdas y un coro, lo que funciona bastante bien, nuevamente con aquellas melodías que siempre he disfrutado escuchar", detalla.
- ¿Qué canciones traerá ese disco?
- Por ejemplo, "Bohemian rhapsody". Ya se la mostré a mi gran amigo [el guitarrista de Queen] Brian May, a quien le encantó y apenas la escuchó me preguntó si ya la había terminado de mezclar. Cuando le dije que sí me respondió "qué lástima, me hubiese encantado sumarle una guitarra", por lo que no tuve otra opción que decirle "considera ese tema no terminado, vamos a grabar". Y así quedo, con una fantástica guitarra acústica de Brian (ríe).
- La muerte de otro de sus grandes amigos, David Bowie, tengo entendido que fue clave para dar con la idea de Piano portraits.
- Efectivamente fue así. Cuando David murió quedé destrozado, esa es la verdad, porque fue un gran amigo, un gran colaborador y hasta fuimos vecinos, cuando ambos vivimos en Suiza. Me pidieron que fuera a la radio a decir unas palabras y al final toqué en vivo "Life on mars?", en el piano. Lo increíble fue que la presentación se viralizó en internet y dos días después me llamaron de la BBC para contarme que ya tenía más de dos millones de visitas. Entonces la grabamos, la publiqué como single para que sus ganancias fueran a dar a una fundación contra el cáncer, y terminó siendo número uno por 8 o 9 semanas en Inglaterra. De ahí salió la idea de hacer el disco. En ese sentido, siempre tendré que agradecerle a David, porque fue una gran influencia para mí mientras estuvo vivo, e increíblemente lo sigue siendo ahora que ya no está.
- ¿Cuánto hay de cierto de esa célebre anécdota de cuando Bowie le mostró por primera vez las canciones de Hunky Dory en su casa? Debe haber sido impactante escucharlas así, en bruto.
Claro. Con David ya habíamos grabado "Space oddity" en 1969, además de "Memory of a free festival", "Wild eyed boy from freecloud" y un par más. Y tiempo después me invitó a su casa porque quería mostrarme unas canciones nuevas. Llegué, él se sentó al piano y luego de pedirme que le diera las sugerencias que yo quisiera, se puso a tocar "Changes", "Life on mars?", una detrás de otra, y no podía creer lo que escuchaba, era todo fantástico. Obviamente acepté encantado, y cuando le pregunté qué estilo quería para el piano, me dijo: "El tuyo, quiero que toques como crees que debe ser", porque así de generoso era. Y bueno, Hunky Dory creo que es el disco del que más me enorgullezco de haber participado.
- ¿Cuáles son sus planes junto a Jon Anderson y Trevor Rabin? ¿Hay disco a la vista o próximas giras con esa facción de Yes?
- Hace poco terminamos una gira europea y en agosto y septiembre haremos algunos shows en EE.UU. Después tengo algunos shows para tocar Piano odissey y el próximo año retomamos la gira los tres juntos. Mi señora se ha preocupado de recordarme varias veces que el próximo año cumpliré 70 años, lo que encuentro aterrador, pero el plan es aprovechar el 2019 como un año de celebraciones, con Jon y Trevor y también solo. Y espero el próximo año volver a Chile, no pueden deshacerme de mí (ríe).