En el documental que retrató la reunión de The Police en 2007, Sting no se contiene durante los ensayos y le "sugiere" a Stewart Copeland qué redobles prefiere y cuáles no. Pero Sting también ningunea a Andy Summers. "¿Sabes qué Andrew? Te quiero", le dice el bajista. "Yo también", responde el guitarrista, que acaba de parar de ensayar "So lonely". "Pero… para cantar al unísono con alguien lo mejor es mirarle la boca", lanza Sting. "Pero yo no te miro", responde Summers. "Ya lo sé. En el escenario no lo haces. Ahora tenemos una gran oportunidad de cantar juntos", insiste el vocalista. "Si conseguimos comunicarnos y recrear nuestro vínculo musical será mejor que pagar un psiquiatra", concluye el guitarrista, con su característico sarcasmo.
"¿Qué piensas de tus colegas del grupo?", le preguntan a Summers en otra parte del documental. "Los odio a los dos. Ya está. Siguiente pregunta", responde con ironía, en clave broma-verdad. Estas escenas sintetizan los fantasmas que enfrentó The Police cuando se reunieron y salieron nuevamente de gira, un proceso "liberador" en palabras de Summers. Si en aquella ocasión el guitarrista y sus compañeros de banda lograron superar las peleas que los llevaron a destruir al conjunto en 1984, ahora Andy Summers parece haberse liberado nuevamente de la parte traumática de su banda madre, para lanzarse a tributar sus viejas canciones. Si Sting lo hace, él también.
Con un Teatro Caupolicán habilitado sólo en el sector cancha y ante una audiencia muy entusiasta, Summers presentó la noche del martes su proyecto Call The Police, banda que completan Rodrigo Santos (bajo y voz) y Joao Barone, baterista de Os Paralamas do Sucesso. En poco más de una hora, el guitarrista de 75 años desplegó buena parte de los hits de The Police y su sonido único que patentó como la marca registrada de la banda británica.
Summers concentró la atención de la audiencia por su técnica exquisita de arpegios, riffs y solos. Muestra de la vieja escuela que cultiva, durante todo el concierto sólo utilizó una guitarra: su Fender Stratocaster roja. El guitarrista desplegó un arsenal de atmósferas de impecable ecualización en temas como "Tea in the Sahara" y "Walking on the moon". Y también su potencia en "Synchronicity II", la canción de apertura, "So lonely" y "Roxanne", en la que Rodrigo Santos tuvo problemas con el tempo.
Pero pese a algunos ripios mínimos, Call The Police funciona y entusiasma, especialmente hacia la parte final del show, cuando llegó el turno de "Every breath you take", "Message in a bottle" y "Every little thing she does is magic". "Nos encantó cerrar esta gira acá en Santiago", lanzó Summers antes de despedirse. Efectivamente, Chile fue la última escala de un recorrido que comenzó el 14 de junio en Buenos Aires y que luego se extendió a Brasil, donde tuvieron siete presentaciones.
Summers también reveló que a fin de año podrían retornar a Chile y lo mismo Os Paralamas. "Si nos invitan claro que vendríamos", señaló Joao Barone a Culto.