Barry White: 15 años de la muerte de la voz más grave y sensual del soul
Maestro de la rima intimista y con un look de playboy profesional, la más pastosa voz de Texas, logró cimentar una exitosa carrera como cantante, arreglista y productor durante los '70. Dos décadas más tarde, recuperó su estatus de estrella gracias a una corte de jóvenes seguidores y un par de íconos televisivos: Bart Simpson y Ally McBeal. Esta es la crónica publicada por La Tercera el día de la muerte de Barry White.
Veinte dólares fue la primera paga artística que recibió Barry White. Aunque ese debut fue más azaroso que formal.
Con apenas 15 años, el fornido adolescente se ganaba la vida repartiendo diarios en las calles del centro de Los Angeles y lo hacía siempre entonando alguna melodía de moda.
Llegaba todos los días hasta las oficinas de una pequeña emisora local para entregar el periódico, hasta que uno de los productores de la radio lo escuchó atentamente y le ofreció cantar un fin de semana.
Fue el comienzo de una carrera de más de 40 años en la que White llegó a consagrarse como uno de los pilares de la canción romántica estadounidense y que ayer tuvo su último capítulo con la muerte del cantante en una clínica de Los Angeles.
Vendió más de cien millones de discos en el mundo y consagró su particular estilo de arreglar melodías y cantar en tonos graves en un sitio de privilegio dentro de la historia del soul contemporáneo.
Durante los últimos años empezó a acusar severas molestias renales por un problema de hipertensión arterial. En mayo pasado, durante una diálisis, una trombosis le paralizó la parte derecha de su cuerpo lo que no le permitió articular palabra alguna.
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Barry White debutó en Chile en 1979, en el programa Lunes Gala.[/caption]
En un estado crítico, a la espera de un trasplante de riñón y acompañado de familiares, el cuerpo del cantante no soportó una nueva crisis y ayer, a las 11 y media de la mañana falleció en el Centro Médico Cedars-Sinaí, de Los Angeles. Justo en el día de la Independencia.
Fue una despedida relativamente temprana (tenía 58 años). Pero para muchos Barry White fue un afortunado dentro de la industria, básicamente porque su fama duró más de lo esperado.
Después de iniciar formalmente su carrera musical como bajo en el grupo vocal The Upfronts, el barbudo vocalista fue bautizado como el "rey del romance" gracias a las exquisitas melodías de Love Unlimited (1972), lanzadas en pleno apogeo del soul.
Y precisamente ese temprano título podría ser un buen argumento para los que aún piensan que White era sólo sensualidad y un timbre vocal ideal para recrear atmósferas melódicas en un encuentro íntimo.
El intérprete era un excelente arreglista y un notable productor, venerado incluso por gente como Quincy Jones, con quien colaboró en el disco The Secret Garden.
De esa época vienen apodos como The Maestro y Mr. Fix It, y la mitología White dice que, en ese entonces algunos de los más reputados productores de Los Angeles pedían consejos a White y trataban de descifrar infructuosamente los trucos que utilizaba para alcanzar un sonido de alta fidelidad.
Tras una década plagada de éxitos, en los '80 White pasó al olvido, aunque nunca dejó de editar discos ni presentarse en vivo.
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El maestro durante su última visita al país en 1992 para cantar en Martes 13[/caption]
La recuperación de su estatus de estrella vino con covers de jóvenes músicos como el grupo Afghan Whigs ("I Can`t Get Enough of Your Love, Babe" y Lisa Stansfield con "Never, Never Gonna Give ya Up").
Poco después dos íconos de la televisión estadounidense, Bart Simpson y Ally McBeal, invitaron al cantante a sumarse a uno de sus episodios y, coronando el revival, el neoyorquino trío de hiphop Fun Lovin' Criminals instaló un notable single en radios -"Love Unlimited"- que tenía el verso: "Barry White me salvó la vida".
El cantante estuvo en Chile en dos oportunidades. En 1979 y en uno de sus mejores momentos como artista, vino a cerrar el programa Lunes Gala, de Canal 13. Presentado por César Antonio Santis, llamó la atención tanto por su actuación como por las largas uñas de su esposa Claudine. Trece años después volvió a Martes 13, esta vez divorciado y preocupado por el medio ambiente.
*Texto publicado originalmente en La Tercera el 5 de julio de 2003.
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