Más de diez años se tardó Nicolás Larraín es decidirse a tener su propio stand up. Le dio varias vueltas a la idea, pasó por muchos textos, escritos por amigos y conocidos, habló con Coco Legrand, pero nada era suficiente. Eso, hasta que en enero de este año se convenció de arriesgarse, y el escenario escogido fue un teatro en Linares.
"Después de mi candidatura presidencial, en una charla, conté algunos episodios de mi vida, y vi que funcionaba, que la gente se reía", recuerda el animador. Luego, se juntó con Feisal Sukni y Marcelo Soto, quienes le escribieron un guión basado en su vida diaria, llamado Mi boca me traiciona. "Es una historia mucho más autobiográfica que lo que hacen varios. Es de un gallo medio pechugón, con apellido Larraín, y sus dramas para mantener una familia de siete niños. Esto no es la Jani Dueñas o la Valdebenito", asegura.
De esa manera, Larraín comenzó a dividir su tiempo entre la radio, las charlas y el stand up. Por eso, luego del sur vinieron más presentaciones, en recintos como el casino Enjoy y el Teatro Coca Cola City. Y este mes, el jueves 19, a las 22.00 horas, sumará uno más en Club Amanda. Pero esta vez, la voz de Radio Tiempo tendrá a dos amigos como teloneros. Dos hombres de televisión, cuyas carreras no están, precisamente, vinculadas al humor: Juan Cristóbal Guarello y Pablo Mackenna.
Ambos debutarán en el circuito del stand up esa noche, y Larraín está confiado en el éxito que pueden conseguir. De su primo, dice: "Juan Cristóbal tiene un análisis tan agudo de la realidad, que está genial. Dentro de su seriedad es muy divertido, y sé que él siempre ha querido hacer stand up". Y del que fue su compañero en el programa CQC, agrega que "Pablo tiene mucha ironía, y sé que puede funcionar".
Guarello y Mackenna se suman a otros rostros que se han atrevido a incursionar en el humor frente a un micrófono, como Karen Doggenweiler, Carlos Caszely y Javiera Contador.
"Mackenna, Guarello y Larraín. Tremendo. Estoy que le cambio el nombre a mi rutina, porque esto más bien parece nombre de un estudio de abogados", dice.
A pesar de los meses que ya lleva desenvolviéndose en el stand up, Larraín admite que no deja de sentir temor previo a subirse al escenario. "Siempre me pongo muy nervioso. Me tomo dos pisco sour al seco y se me pasa. Esto es porque me siento un novato todavía. Pero tengo confianza en lo que hago, porque es distinto. Yo veo que todos los estandaperos se parecen unos a otros. Los Avello, los Caroe, los Murillo, son todos iguales", afirma. Y si los dos piso sour no son suficiente, el animador confiesa que recurre a la hipnosis.
Esa noche, también habrá una fiesta, la que marcará una etapa y cambios importantes para Larraín, quien despedirá su emblemático programa radial, Liberen a Nicolás.
"Quiero que la gente se vaya a reír con nosotros. Mi show es honestidad pura, y disparo contra todos, contra Julio César Rodríguez, Pancho Saavedra, CQC. Cuento también mi experiencia en la candidatura presidencial, y me apoyo harto en fotos y en un power point", cierra.