1. Book Culture

Lo primero son esos siempre tentadores carros con libros en saldo: novedades nuevas y en buen estado. Títulos como las memorias de Moby, ensayos de Walter Benjamin y los diarios de Susan Sontag: todo a 5 dólares. Book Culture es la librería del Upper West Side, el barrio ubicado al oeste de Central Park. Tiene varias locaciones, pero esta (entre las avenidas Broadway y Amsterdam) puede que sea la mejor. Adentro uno se encuentra con el look de una librería, digamos, prototipo para Nueva York, aunque un poco más inclinada hacia libros académicos y filosóficos. Al subir las escaleras hay más libros en saldo (toda la obra no-ficción de Paul Auster a 7 dólares; ensayos de Roland Barthes; una biografía de James Baldwin). Y en el piso de arriba es fácil perder una hora como mínimo: Book Culture es donde los estudiantes de la Universidad de Columbia vienen a vender sus libros. Por lo que el catálogo de segunda mano es diverso y eterno. Y un dato más: una vez las compras literarias estén listas, caminar un par de cuadras por Brodway hasta Tom's, el famoso diner que aparece en Seinfeld y donde uno puede tomar un café y comer un sándwich de atún (o una ensalada grande) y pasar la tarde leyendo.

2. Better Read Than Dead

No hay duda de que Brooklyn, a estas alturas, se ha vuelto un cliché dentro de la literatura estadounidense. Algo como esa "tierra de nunca jamás" a la cual los aspirantes a escritores quieren llegar. Y por eso, claro, hay muchas librerías de barrio lindas y llenas de gente aún más linda (Books Are Magic y Greenlight Bookstore son dos ejemplos). Aunque éstas, en cuanto a precio, no se diferencian mucho a lo que se halla en Manhattan. Por eso lo mejor es buscar aquellas de segunda mano que parecen una oficina de detectives. Una de esas es Better Read Than Dead, librería ubicada debajo del metro y en un cruce urbano y hasta sucio (parece más un bar punk antes que un lugar donde, digamos, Proust se sentaría a tomar té y comer magdalenas). Afuera hay viejas ediciones de bolsillo de Philip K. Dick, Theodore Sturgeon, Kurt Vonnegut y otros autores de ciencia ficción; una larga colección de Stephen King con portadas setenteras, onderas y colorientas que seguramente inspiraron a los creadores de Stranger Things; y muchos volúmenes de poesía y/o con letras de canciones de Patti Smith, Tom Verlaine, Lou Reed, Richard Hell; así como libros con fotos sobre los graffitis de los años setenta, cuando Nueva York era un lugar tan peligroso como creativo y efervescente.

3. McNally Jackson

Esta librería es conocida por varias cosas: una de esas es su empeñosa sección de libros en español. El encargado es el uruguayo Javier Mollea, quien ya se ha vuelto un indispensable del mundillo literario hispano y latino en Nueva York. Y si bien aquella ya es razón suficiente para visitarla, la otra es detenerse en el mesón de saldos, ubicado al bajar las escaleras. En este hay un poco de todo: libros de música, sobre Nueva York y su historia, volúmenes con cartas de poetas, algo de auto-ayuda, Oliver Sacks, Greil Marcus, best sellers y volúmenes con la obra completa de Edgar Allan Poe. El promedio es entre ocho y diez dólares. Y todo nuevo. Ahora acaban de abrir una nueva locación en pleno barrio hípster-Girls-Lena-Dunham: Williamsburg. Pero, por lo menos a primeras, en ésta no hay un mesón de saldos, lo cual finalmente se nota en el bolsillo. Y una cosa más: la McNally Jackson original, la ubicada en Manhattan, era la librería preferida de David Bowie, uno de esos músicos que también era lector empedernido e intelectualmente curioso.

4. Housing Works Bookstore Cafe

En cuanto a librerías, Manhattan no solo es Strand. De hecho, una vez que uno comienza a vivir en Nueva York, lo más probable es que deje de visitar con tanta frecuencia aquella librería. Porque hay opciones. Y varias. Una de esas es Housing Works Bookstore Cafe, un local en medio de Soho, el barrio donde están las tiendas de moda. Por eso es normal ver gente entrando con bolsas llenas de zapatos y ropa. Esta es una librería de segunda mano que también funciona como café y de vez en cuando tiene eventos literarios. Casi todo lo que vende es de segunda mano: hay muchos estantes para perder el tiempo y descansar del frenesí turístico. Con mucho espacio, brillantes pisos y estantes de madera y una escalera que lleva a un segundo piso, lo mejor es buscarse una de las tantas sillas donde se puede pasar la tarde leyendo sin ser molestado. Todo el dinero que la librería recauda va para ayudar a enfermos con Sida, así como vagabundos (los cuales, por cierto, a veces se les ve por los pasillos de esta tienda).

5. Freebird Books & Goods

Uno cierra la puerta y el silencio (y ese polvo que flota desde los libros hasta las narices) es lo primero que llama la atención. Freebird Books & Goods es una librería de segunda mano ubicada en un lugar más o menos apartado en Brooklyn: Cobble Hill. Lo cual significa que mucha gente del sector –antes de mudarse a otra parte– viene acá con cajas de libros para venderlos. El piso de madera esta librería cruje y muchas veces los estantes están tan copados de libros que cuesta sacarlos. Hay una extensa sección sobre Nueva York con títulos de hasta cien años atrás, así como guías sobre beisbol que se deshojan al abrirlas. Todos los meses se lleva a cabo un club de lectura (actualmente: novelas apocalípticas y distópicas) y los precios no superan los doce dólares, con un promedio de siete por título. La sección literaria va desde ediciones agotadas de Norman Mailer, los primeros libros de ciencia ficción de Jonathan Lethem, hasta ediciones bilingües de Samuel Beckett, muchas novelas de detectives (Raymond Chandler, Jim Thompson, Ross MacDonald) y casi toda la obra de Joan Didion y Gloria Steinem en ediciones setenteras de tapa dura.