Un deseo inconcluso del poeta mayor de la literatura hispanoamericana. Un proyecto truncado por la muerte y la desidia. Era la última voluntad de Pablo Neruda, quien vivió sus últimos años en Isla Negra, en el Litoral central de Chile, y hasta el final de sus días tuvo el deseo de crear un centro de colaboración artística frente al mar al que llamó Cantalao. Para la elaboración de esta fundación incluso llegó a existir un grupo de planos para la construcción de un recinto.
Pero fallecido el 23 de septiembre de 1973, a pocos días del golpe de Estado, del deseo de Neruda solo quedó el gran terreno baldío ubicado frente al mar en Punta de Tralca.
¿Quién quedó a cargo del proyecto? ¿Qué acciones han realizado en este tiempo? ¿Por qué nunca se efectuó? Son algunas de las interrogantes que plantea el documental Cantalao, del director Diego del Pozo (1983), que por estos días se exhibe en la Cineteca Nacional y el Cine Arte Alameda. Además, durante julio se podrá ver en toda la red de salas independientes del país, en Chillán, Valdivia, Valparaíso, Puerto Varas, Puerto Montt y Coyhaique. Mientras, que durante agosto Cantalao llegará al norte, a ciudades como Arica, Iquique, Antofagasta, Calama, Copiapó, La Serena, Vicuña, Ovalle, Los Vilos, Illapel y Salamanca.