Era mayo de 1956. Con 28 años, y sin tener aún el reconocimiento que la historia le concedería, Stanley Kubrick estrenaba su tercer largometraje, Casta de malditos. Ese mismo año, escribió un guión que figuraba perdido hasta ahora: Ardiente secreto, una adaptación de la novela homónima de 1913, del escritor austríaco Stefan Zweig (1881-1942).
El hallazgo fue hecho 62 años después. Mejor dicho, apareció directamente en la bandeja de mensajes de Facebook de Nathan Abrams, profesor de cine en la Universidad de Bangor, en Gales, y experto en la obra de Kubrick. "Me escribió el hijo de un antiguo colaborador de Kubrick, que tenía el guión. Lo encontró entre los papeles de su padre, que en su momento iba a trabajar en el proyecto, y lo había conservado", comentó Abrams al diario El País.
Fechado el 24 de octubre de 1956, y bajo el sello de Metro Goldwyn Mayer (MGM), el guión contiene más de 100 páginas que aparentemente corresponden a la versión definitiva de Kubrick. Así al menos lo asegura Abrams, que estima es lo suficientemente completo como para filmarse. Podría, en esas condiciones, ser el largometraje número 14 del cineasta.
Stanley Kubrick, que murió en 1999 a los 70 años, es uno de los cineastas más influyentes de la historia y entre sus películas destacan 2001: Odisea del espacio (1968), La naranja mecánica (1973) o Ojos bien cerrados (1999).
Ambientada en la localidad austríaca de Semmering, la novela de Stefan Zweig narra la historia de un joven aristócrata que busca seducir a Matilde, una mujer judía. Para acercarse a ella, el joven se hace amigo de su hijo de 12 años. Es una historia que triangula amor, celos y odio.
El guión de Stanley Kubrick está escrito junto a Calder Willingham, con el que hizo Patrulla infernal, estrenada en 1957. Kubrick trasladó la historia a los Estados Unidos de los años 50, modificó algunos personajes y convirtió al joven aristócrata en un depredador sexual. "La adaptación mantiene el interés de la novela por el matrimonio, el adulterio y la manipulación, temas que siempre fascinaron a Kubrick", señaló Abrams a El País.
Más de alguno ha visto la historia de Ardiente secreto como una Lolita al revés: mientras en la cinta de Kubrick de 1962 basada en la novela de Vladimir Nabokov un hombre se casaba con una mujer para llegar a la hija quinceañera, en el guión de 1956 un soltero se relaciona con un niño para llegar a su madre,
Las razones por las cuales no se concretó la realización de la película son inciertas. Sin embargo Nathan Abrams, que ha publicado varios libros sobre el cineasta, baraja algunas opciones. Una de ellas, es que Metro Goldwyn Mayer no haya apoyado el proyecto debido a la temática y el peso que en esa época tenía el código de producción cinematográfico, que censuraba ciertos tópicos. Otra de las razones, es que el productor de Kubrick, James B. Harris, simplemente no estuviera convencido de la idea. Y por último, que MGM rompiera contrato con Kubrick por estar preparando al mismo tiempo Patrulla infernal con otro estudio.
Kubrick inagotable
El baúl de Kubrick es amplio. Algunos proyectos quedaron a medio camino y fueron finalizados por otros cineastas. Otros simplemente nunca vieron la luz.
Uno de los nunca terminados más conocidos es Napoleón. La película biográfica sería producida tras 2001: Odisea del espacio, y para ello Kubrick se sumergió en un inmenso trabajo de preproducción que lo tuvo dos años investigando con asistentes y especialistas en el personaje. Era una producción de alto costo que quedó en un guión preliminar y que fue cancelada por ser demasiado riesgosa.
Otra de las películas que Kubrick no llegó a filmar fue The aryan papers, basada en el libro Mentiras en tiempos de guerra del autor Louis Bengley. Narra la historia de una tía y su sobrino, ambos judíos, que se hacen pasar por católicos para evitar la persecución durante el Holocausto. El proyecto quedó sólo en una gran cantidad de material acumulado, y un primer guión, ya que el cineasta lo abandonó tras el estreno de La lista de Schindler, en 1993. Kubrick llegó a concluir que el Holocausto iba más allá de lo que el cine podía capturar.
El año 2001 se estrenó A.I Inteligencia Artificial. Sin embargo, la película escrita y dirigida por Steven Spielberg tuvo su origen en la década de los 80, de la mano del director de El resplandor. Con el objetivo de hacer una cinta basada en el cuento Los superjuguetes duran todo el verano, de Brian Aldiss, Kubrick se acercó a Spielberg para que dirigiera la película. Aunque el proyecto no se concretó en esa época, tras la muerte de Kubrick en 1999, Steven Spielberg tomó el guión escrito por Ian Watson y las notas de Kubrick. El resultado fue la película que todos conocemos.