Ha confesado prácticamente todo lo que el resto de los mortales preferiría callar. Sus problemas con el alcohol y su temprano consumo de cocaína a los 17 años. También ser víctima de un trastorno bipolar y de problemas alimentarios. Y que le resulta particularmente difícil mantenerse sobria y lidiar con las tentaciones del mundo del espectáculo.

Y no solo lo ha confesado: en entrevistas y documentales, como el que estrenó en octubre del año pasado llamado Simply complicated (Simplemente complicada), Demi Lovato, la ex Camp Rock, la otrora dulce chica Disney convertida hoy en otra de las malditas heroínas surgida de esa factoría artística, también ha coqueteado peligrosamente con el marketing macabro de cantar sus miserias con algún fin comercial.

El martes pasado terminó hospitalizada de urgencia por una aparente sobredosis de drogas que en un primer momento se atribuyó al consumo de heroína y que todavía no ha sido aclarada del todo. Lo realmente peligroso sin embargo fue que esto coincidiera con el reciente estreno de una canción llamada "Sober" (Sobria), que liberó el 21 de junio pasado y donde básicamente explica lo frustrante que fue perder una sobriedad que mantuvo durante seis años.

Ahí con poco pudor, y quizás con demasiada frivolidad para lo que asoma como un problema que debería ser abordado más en privado y más seriamente, la estrella lamenta haber perdido la fuerza de voluntad y alude al temprano quiebre de sus padres, que se separaron cuando ella tenía dos años por el alcoholismo de su progenitor. "Mamá lo siento, ya no estoy sobria / y Papito, por favor perdóname por los tragos que derramé en el suelo".

Sus fanáticas, las mismas que rezaron por ella y levantaron hashtags del tipo #PrayForDemi en redes sociales, no dudaron ni por un minuto: para ellas, Demi habla con la verdad y lo único que queda es apoyarla. Los más escépticos miran con extrañeza este sobrevalorado atributo de la franqueza a cualquier precio.

Porque no es primera vez que alguna caída de esta cantante de 25 años coincide con algún estreno en particular. Es decir, aquello que asoma como pura transparencia también podría ser interpretado como una peligrosa estrategia para sostener una carrera que debería descansar en su objetivo talento, carisma y su poderosa voz.

El más reciente incidente deja en suspenso varias cosas: por lo pronto una visita a Chile prevista para mediados de noviembre en Movistar Arena y que ya había sido pospuesta en abril por "problemas en la producción del tour", según se comunicó en su momento.

Pero a partir de lo que acaba de pasar cuesta no pensar que su sencillo "Sober" podría empezar a tener a partir de ahora más rendimiento que el que estaba teniendo antes de la última recaída de Demi Lovato, la estrella pop que canta su propia vida como si fuera simplemente una canción más.