Estar sólo un par de minutos cerca del brasilero Mario Castro hace que sea fácil imaginárselo en su vida anterior al patinaje: actor de profesión, se dedicaba principalmente a animar fiestas en su país. Y o es un gran actor, o efectivamente anda enérgico y alegre todo el tiempo. De carácter extrovertido y carismático, Castro actúa como un maestro de ceremonias para presentar al elenco del último montaje de Disney on Ice, El maravilloso mundo de Disney on Ice, frente a la prensa en Buenos Aires.
"Tomaba clases de patinaje por diversión en Belo Horizonte, donde vivía", cuenta sobre su tardía incursión en este mundo: comenzó a patinar recién a los 28. "Luego me fui a vivir a Estados Unidos por dos años, para aprender inglés y seguir patinando, y allí hice una audición para Disney on Ice. Al año logré entrar, participando en un espectáculo de La Bella y la Bestia. Eso fue en 1994. Desde eso he pasado 24 años y 12 espectáculos en esto", dice con una sonrisa.
A sus 55, Castro es el patinador de mayor experiencia del presente show de la compañía, y el único sudamericano. "Yo nací el 62, y los más chicos tienen 18, entonces soy como el papá de ellos (se ríe). Pero también me preguntan muchas cosas, como llevo tanto tiempo en esto, y yo siempre estoy feliz de ayudar, porque somos como una familia. Son ocho meses al año que pasamos girando", explica.
También muestra un particular entusiasmo por llegar a Chile, donde El maravilloso mundo de Disney on Ice se presentará en el Movistar Arena, entre el 4 y el 12 de agosto (entradas en Puntoticket). "Siempre que vamos a Chile me pido días para esquiar. Me encanta La Parva y Valle Nevado", asegura.
En el espectáculo, Mickey Mouse y compañía repasan múltiples generaciones de historias de Disney, partiendo por El rey León para luego pasar por Aladdín, La Sirenita, Blancanieves, Enredados, Toy Story, Buscando a Dory, hasta llegar a Frozen. "Para mí hacer estos shows en Sudamérica es siempre increíble, porque la energía es muy especial. Acá no todos tienen la oportunidad de viajar a Disney, entonces nosotros les traemos a Mickey", dice Castro.
En algunos casos, que los patinadores se transformen en familia es algo literal. Les pasó a Josh (35) y Shelley Bindon (31). Él, canadiense, lleva 17 años en la compañía y es uno de sus principales patinadores, mientras que ella, estadounidense, pasó diez años como patinadora y hoy es la directora artística del show. Y hace dos que están casados.
"Me uní a Disney como la mayoría de los patinadores: haciendo una audición. Yo patinaba desde chica, y al igual que Josh, durante un tiempo me dediqué a competencias, pero terminé decidiendo que eso no era lo mío", explica ella. "Tuve otros trabajos antes de llegar a esto, pero ya llevo en Disney tanto que se me olvidó cómo era la vida antes. Para mí la vida es lo que puedes empacar en dos maletas (se ríe)", dice.
"En mi caso, desde niño que intenté todos los deportes: baseball, basquetbol, hockey y fútbol. Pero cuando era joven era bastante bajo, entonces no servía para esos deportes, y fue el patinaje en donde rendí más. Pasé siete años dedicado al patinaje deportivo y llegué a competir a nivel nacional, pero justo cuando cumplí 18, un espectáculo de Disney on Ice de Toy Story llegó a mi ciudad, y con mi entrenador decidimos darle la oportunidad y conseguirme una audición. Seis meses después me incorporé", dice Josh Bindon.
Ambos destacan lo atractivo del show actual. "Son ocho historias clásicas de distintas épocas que se mezclan, y cada persona tiene su favorito. Los niños de hoy podrán escuchar a los adultos que les contarán cómo ellos vieron El rey León o Aladdín, e incluso los abuelos podrán compartir su experiencia de cómo fue crecer con Blancanieves", explica él, a lo que ella agrega: "Mi trabajo es ver cada presentación para después darle feedback a los patinadores, así como supervisar cada aspecto técnico para que todo salga lo mejor que se pueda. Y aunque es mi trabajo, puedo jurar que nunca me aburro de ver el show. El ritmo es excelente y tiene secciones realmente increíbles".