Daenerys de la tormenta de la casa Targaryen, primera de su nombre, la que no arde. Reina de los Ándalos y los primeros hombres. Khaleesi del gran mar de hierba, rompedora de cadenas y madre de dragones. Ese es el nombre de la mujer que aspira a recuperar el trono de hierro, que ella asegura, le pertenece por derecho legítimo.
Dany -como le dicen cariñosamente algunos- es la hija menor del matrimonio entre Aerys Targaryen II (el Rey Loco) y su hermana Rhaella Targaryen. En la casa de los dragones era común el incesto para conservar la pureza de la sangre, por lo que el matrimonio entre hermanos y primos era una práctica normalizada. De aquella unión nacieron tres hijos: Raeghar, Viserys y Daenerys.
Sin embargo, la guerra del usurpador detonada por un arranque de locura del Rey Aerys, y la latente rebelión gestada por los Baratheon, Lannister y Stark, dio como resultado la muerte del Rey Loco, la ocupación del trono por parte de Robert Baratheon y el asesinato de sus familiares directos: la reina Rhaella, su hijo mayor Rhaegar y los hijos de este junto a la princesa Ellia de Dorne.
Viserys y Daenerys lograron escapar a las lejanas tierras de Braavos -ciudades libres del gobierno del trono de hierro- para eludir el destino que el nuevo monarca tenía para ellos: la muerte.
Cuando la joven Targaryen cumplió 16 años -según la serie de televisión, ya que de acuerdo a los libros fueron 13 años-, su hermano Viserys y quien les dio apoyo en la ciudad de Pentos -Illyrio Mopatis- decidieron que llegó el momento de reclamar el trono que le perteneció a su padre; Daenerys dejó de ser una niña para convertirse no solo en una mujer, sino que en una futura monarca.
Su hermano la vendió como esposa a Khal Drogo, líder de los dothraki, a cambio de su ejército con el objetivo de invadir la capital de los Siete Reinos y recobrar el título de monarca que le arrebataron a su familia. Desde entonces, Daenerys jamás volvió a ser la misma.
La única dragona viviente fue creciendo mental y emocionalmente con cada desafío que se le presentó. Atrás quedó la niña que le temía a su hermano y que obedecía cada orden que se le daba. Y la primera demostración de esto, fue cuando no toleró más la arrogancia y los abusos de Viserys. Ella se empoderó como Khalessi, y se adjudicó el derecho a la corona cuando fue capaz de pensar en frío y deshacerse de su hermano que solo la utilizó como una moneda de cambio por unos guerreros.
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La deslealtad es un punto relevante para la dragona. Ver a su familia despojada del trono a causa de una rebelión organizada por quienes juraron su lealtad la hizo reacia a tolerar cualquier tipo de traición. Quizás el mejor ejemplo sea el de Sir Jorah Mormont, quien originalmente se ofreció a servirle, cuando realmente fue enviado como sicario por los Baratheon. Aún cuando Mormont estaba perdidamente enamorado de la joven líder, y ella había desarrollado un gran cariño y confianza con él, decidió que debía pagar su deslealtad con el destierro.
Pero Daenerys es una líder poco convencional. No es la tirana despiadada de corte maquiavélico que es Cersei, ni tampoco peca de ingenua ni de creer ciegamente en hacer lo correcto como Jon Snow. Dany es la combinación perfecta entre un alma bondadosa y la mente calculadora que se requiere para triunfar en el juego de tronos.
A pesar de todos los obstáculos que debió sortear a lo largo de la ficción, jamás se dejó derrotar. Aún cuando su esposo Khal Drogo murió en sus brazos, perdió a su hijo antes de nacer, casi fallece recorriendo el desierto en busca de ayuda y en más de una oportunidad intentaron asesinarla. Pero Daenerys se mantuvo firme en su propósito, demostrando que no es una pequeña princesa ignorante, sino que una gobernante culta que no permite que le pongan un pie encima.
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Más allá de sus cualidades como soberana fuerte que se da a respetar, una de las mayores características de Daenerys -y que la distinguen de su competencia por el control de Westeros- es que es una monarca justa y compasiva, que no busca alcanzar el poder por el simple hecho de querer tenerlo. La heredera Targaryen pretende mejorar las vidas de su pueblo y, más que invadir Desembarco del Rey, quiere ganar a sus gobernados a través de la justicia y la libertad.
Tal como ocurrió en Meereen, Yunkai y Astapor -ciudades esclavistas-, la figura de Daenerys de la tormenta provoca admiración entre quienes la ven, y se dejan conquistar por su discurso que llama a la liberación de los esclavos, el castigo a los 'nobles' que se creían sus dueños, y las aproximaciones a una democracia al dejar en claro que nadie está obligado a seguirla, y que gobernará sabia y piadosamente a quienes la eligieron como reina.
Su nombre 'rompedora de cadenas' fue ganado, no nació con él. Y es que la joven que comenzó huyendo de su propio hogar, fue capaz de difundir sus ideales de justicia y compasión a tal punto que se convirtió en una suerte de leyenda o símbolo de libertad. Su bondad la refleja también al interactuar con sus sirvientes y aliados, a quienes siempre trató con respeto y cariño, casi como amigos a los que recurría cuando requería apoyo y consejo. La altanería de quienes gozan de poder, no es parte de la personalidad de esta mujer que elige la justicia, por sobre el miedo, para hacerse respetar.
Sus dragones no se quedan atrás, pero más que la maravilla que son estas criaturas, es el fiel reflejo de que la persona especial es Daenerys, es ella la que tiene la capacidad de ir más allá de los límites y lograr cosas -aparentemente- inalcanzables. Lo dijo el mismo Jon Snow en la séptima temporada: "Nunca pensé que los dragones existirían de nuevo. Nadie lo pensó. La gente que te sigue sabe que hiciste algo imposible. Tal vez eso los hace pensar que puedes lograr otras cosas imposibles".
Pero lo primordial, es que en el largo camino por reclamar lo que considera suyo, comprendió que aún con un nombre importante, un ejército poderoso, los aliados adecuados y tres dragones, ninguno de sus logros se hubiesen concretado si no creyera en sí misma: "He pasado mi vida en tierras extranjeras. Muchísimos hombres han tratado de matarme, no recuerdo todos sus nombres. Me han vendido como un animal. He sido encadenada y traicionada, violada y contaminada. ¿Sabes qué me mantuvo de pie en todos esos años en el exilio? La fe. No en los dioses, no en mitos ni en leyendas. Fue la fe en mí. En Daenerys Targaryen. El mundo no había visto un dragón en siglos hasta que mis hijos nacieron. Los Dothraki no habían cruzado el mar, lo hicieron por mí. Nací para gobernar los Siete Reinos, y eso haré", dijo a Jon Snow en la séptima temporada, el hombre que no solo es su sobrino por línea sanguínea, además la antecede en la línea de sucesión al trono de hierro.