Según consigna hoy La Tercera, el futbolista Mauricio Pinilla demandó a su club, Universidad de Chile, luego de su bullada salida de dicha institución.

El delantero inició acciones legales en contra de Azul Azul reclamando una "vulneración de derechos fundamentales con ocasión del despido".

A través de su abogado, Pinilla reclama que "el presidente de Azul Azul, señor Carlos Heller, en compañía del Gerente Deportivo y del abogado de la demandada, señores Ronald Fuentes y José Joaquín Laso, en una conferencia de prensa citada por ellos, en horario prime, al mismo tiempo que los noticieros iniciaban sus transmisiones, y con posterioridad a una reunión de directorio de la concesionaria, comunicaron al país que mi representado 'no podía volver al club'".

Pinilla exige una millonaria indemnización: más de $313 millones de pesos por "el lucro cesante en el período comprendido entre el 1 de agosto de 2018 y el 31 de diciembre de 2019", otros $263 millones "por los 'bonos especiales sujetos a la vigencia del contrato' y finalmente $260 millones por "daño moral".

El documento agrega que "si bien pueden significar en ocasiones un menoscabo patrimonial, la mayoría de las veces genera más que nada un menoscabo moral" y luego se abre a la literatura de William Shakespeare, con la siguiente cita:

Como poéticamente lo recoge la literatura universal cuando, en el acto III de Otelo, El Moro de Venecia, Shakespeare pone en boca del pérfido Yago las siguientes palabras, dirigidas a su general, víctima de sus intrigas:

"Mi querido señor, en el hombre y en la mujer, el buen nombre es la joya más inmediata a sus almas. Quien me roba la bolsa, me roba una porquería, una insignificancia, nada; fue mía, es de él y había sido esclava de otros mil; pero el que me hurta mi buen nombre, me arrebata una cosa que no le enriquece y me deja pobre en verdad".

Un amor tormentoso entre Pinilla y la Universidad de Chile, que podría terminar de la peor forma: con más de mil millones de pesos en juego y una pelea en el campo judicial.