El año pasado, cuando This is us debutó en la TV estadounidense, la industria se llevó una sorpresa. Porque en una era en que los zombies, dragones, policías y comedias se reparten el rating, y los aplausos se los llevan las series más vanguardistas que pueblan el cable y el streaming, nadie pronosticaba que un drama familiar, hecho con la evidente misión de sacar lágrimas, podría ser uno de los grandes éxitos del año, y no sólo en audiencias.
Fox -en su aplicación y su canal tradicional- estrenó hace algunas semanas el segundo ciclo de la historia de los Pearson. Aquí se apuesta por una narración en paralelo, con saltos en el tiempo para contar un melodrama, subgénero que se adivina desde el momento en que se explica la premisa: en cada capítulo se ven escenas del presente, el pasado y a veces el futuro, de la familia formada por Jack (Milo Ventimiglia), Rebecca (Mandy Moore) y sus "trillizos": Kate y Kevin, que son sus hijos biológicos, y Randall, que nació el mismo día y fue abandonado y adoptado por los Pearson, que esperaban tres hijos pero perdieron uno en el parto.
Esta segunda temporada continúa con las historias de las luchas internas de cada uno, profundizando en las adicciones de Jack en el pasado y de Kevin en el presente, introduciendo un nuevo personaje en la familia de Randall y siguiendo con los conflictos e inseguridades de Kate.
Y mientras todo esto, para alguien que no la haya visto, puede sonar simplemente como una gran teleserie, los seguidores de This is us saben que la serie es más que eso. Porque aunque el drama está presente en grandes cantidades, se siente como algo genuino y que habla de problemas que pueden estar presentes en cada familia. Un ejemplo: la relación entre Kate y su madre es tensa, tienen personalidades distintas y hay rencores y diferencias que se han arrastrado por décadas, pero tal como sucede en la realidad, eso no convierte su relación en una pesadilla. A veces pelean, a veces se apoyan, siempre se quieren mucho.
Quizás es ahí donde está parte de la resonancia y el éxito de This is us. Son la perfecta familia imperfecta de la TV. Sus problemas a veces parecen de culebrón y otras veces se sienten totalmente cotidianos, incluso pequeños, mientras en su fórmula han logrado mantener siempre al centro la idea de que esta es una familia invencible, que se mantendrá unida ante todo, pero que no por eso lleva una vida entre algodones y con conflictos que se presentan al principio de un capítulo y se resuelven al final, terminando siempre con un abrazo feliz.
Y un último punto a favor: si bien los saltos en el tiempo son utilizados como anzuelo, para ir entregando revelaciones de a gotas grandes, también son un gran recurso para mostrar una narración bien entretejida, revelando cómo la historia ha forjado a sus personajes y a las relaciones que llevan hoy en día. Sin duda una serie liviana y melodramática, pero que hace liviandad y melodrama a la perfección.