La aclamación fue transversal. Amiga, el disco del que se desprendieron canciones como "Siempre es viernes en mi corazón", "Cordillera" o "Manifiesto" (que interpretó en los Grammy Latinos 2016), lo puso en el mapa de la música pop continental. Eso fue hace sólo dos años, al mismo tiempo que debutaba en la dirección con la cinta Nunca vas a estar solo. Pero Álex Anwandter asume con normalidad ya tener un nuevo álbum listo para ser lanzado, y con un dejo de humor, dice: "No hice una película entremedio, que toma muchísimo trabajo".
Dividido entre Chile y Los Angeles (EE.UU.), donde hoy reside, se concentró en dar forma a Latinoamericana, su cuarto disco de estudio y, quizás, su mayor esfuerzo a la fecha por convocar a una audiencia más amplia. El primer adelanto se llama "Locura": tres minutos y medio que podrían calificar como un anticipo del fin de los tiempos, pero siempre con un pop pegajoso y refinado, que parece llevar a nuevos lugares su búsqueda de elaborar temas pensados para la pista, y que también funcionan como comentarios sociales y políticos.
Un cuadro que estará disponible por completo desde el 12 de octubre, cuando se publique el álbum, seguido de un lanzamiento en vivo fijado para el 22 de noviembre en el Teatro Caupolicán, con un show para todas las edades (entradas desde este viernes en Ticketek).
El jueves pasado, Anwandter ya había dado pistas de sus nuevos rumbos, al subir a sus redes un video que incluía los primeros segundos de la canción, junto a la figura de Donald Trump en una pantalla dando su discurso de junio de 2015 sobre los inmigrantes mexicanos. El plano luego se abre y muestra monitores con imágenes de Sebastián Piñera y Mauricio Macri.
"Locura", que debutó ayer, en su segunda mitad tiene un sample del mismo presidente de EE.UU. Y fuera de un irrefrenable impulso pop, su letra comienza con: "Hey mamá, me quiero matar/el mundo se va a la mierda/y no he hecho nada".
"Es una canción entretenida y bailable, pero la letra es bastante negativa (se ríe). Es un poco la estrategia que tengo para hablar de los problemas que veo, sin andar aburriendo a la gente con lo terrible que están las cosas", dice, para luego explayarse en su análisis: "Veo en el mundo una ola reaccionaria conservadora llegando al poder. Está pasando en muchos países, en el nuestro también. Se me hace algo bien fuerte e intenso, y básicamente lo percibo como un esfuerzo de frenar avances sociales y civiles de todo tipo, y volver a estas figuras de hombres más autoritarios y conservadores. El disco en general es un comentario sobre eso".
- ¿Cómo se vincula "Locura" con el resto del álbum?
- El disco entero es medio oscuroso. Esta canción también, pero está en el espectro más bailable, que es algo que siempre busco: entregar las temáticas que me interesan de la manera más accesible que se pueda. El disco habla de temas políticos y de género, pero esta vez de un modo más poético y performático que concreto o discursivo, como los dos anteriores.
- En concreto, ¿en qué se traduce eso?
- Por ejemplo, esta canción en particular tiene un gesto muy sencillo: el coro está escrito desde lo femenino, sin mayor explicación (me siento tan loca/y creo que estoy un poco loca). Es una manera de enfrentar lo que yo debería hacer como cantante hombre, lo que se entrecruza de una manera más oblicua con otras temáticas; en el caso en particular de Locura, con el estado del mundo.
- Amiga parecía tener menos sintetizadores y más cuerdas que sus trabajos previos. ¿Cómo definiría este nuevo disco?
- Cuando lo terminé me sentí súper satisfecho, porque era primera vez que sentía que absolutamente nadie podría haber hecho este disco, excepto yo. Y es porque ya es una suma de influencias, del pop, de synthes, de la música clásica a través de los arreglos. También porque este disco está súper influenciado por la música brasileña. Es medio sorprendente, no sé por qué me demoré tanto en hacerlo, siendo que es la música que crecí escuchando.
- ¿Cuál cree que es el rol que juega la música en los tiempos actuales?
Estoy en una fase un poco pesimista con respecto al arte en general. Es una paradoja, porque el arte no es cuantificable, entonces nunca vamos a poder saber cuánto influye una canción en el mundo. Por lo mismo, es que lo seguimos necesitando y no nos basta con cierto número de canciones o películas específicas. Pero por otro lado, puede ser frustrante estar cantando o haciendo un esfuerzo por participar para que el mundo avance, y que éste retroceda.