Gastón Salgado corona su mejor año con nuevos roles en la pantalla grande
El actor se suma a la nueva cinta de Pablo Larraín y en 2019 protagonizará Los fusileros, de Juan Ignacio Sabatini.
"Cuando muestras humanidad la gente empatiza contigo", dice Gastón Salgado (33), que nunca ha hecho una teleserie pero en el último tiempo ha coleccionado varios roles reconocibles y aplaudidos en la TV. Eso repercute en lo más cotidiano: en cosa de minutos, sentado en un café a un costado del Parque Bustamante, más de alguien se acerca a comentarle sobre sus actuaciones. "La admiración al trabajo de uno es lo más bonito", asegura.
Salgado ha estado al centro de las dos series chilenas con mejor sintonía de 2018, ambas emitidas por Mega: Martín, el hombre y la leyenda, en el rol de Martín Vargas, y actualmente en el policial La cacería: las niñas de Alto Hospicio, que lleva cuatro de ocho episodios y va los domingos en el bloque prime. De alguna forma, es la consolidación para una de las figuras más emblemáticas de los proyectos locales de ese perfil, que comenzó con El reemplazante, donde interpretó a un narcotraficante, y luego siguió en Sitiados y Juana Brava, todas estrenadas por TVN. Hoy, filma su participación como un miembro del GAP en Héroes invisibles, coproducción chileno-finlandesa que Chilevisión emitirá en 2019.
"He optado por hacer series porque lo que me gusta es construir personajes. Yo creo que ahí está mi lugar como artista: opinar a través de ellos, demostrando una humanidad y por lo tanto mostrando un contexto", añade el actor, conocido por sumergirse en profundidad en sus roles. Fue así con el papel de Martín Vargas, que lo llevó a vivir solo durante un año en la Comunidad Ecológica de Peñalolén y seguir una dieta especial.
"Cada vez que hago un personaje me meto al chancho, me transformo. Esa es mi técnica. Cuando hicimos la obra Pompeya, sobre travestis, anduve un mes con un abrigo de piel y unos lentes súper extravagantes. Con Martín, me creía boxeador. En el fondo, actuar es un juego, y tienes que creértelo. Si no lo haces, nadie te va a creer. A mí me encanta actuar, me encanta ser otra persona", añade, y revela que vio la serie inspirada en Vargas en su celular y sólo algunas partes, para estar listo para la promoción, mientras filmaba en una isla del sur Algunas bestias, un thriller donde comparte con Alfredo Castro y Paulina García.
Hoy, justamente, el actor apunta a concentrarse en el cine, donde hasta ahora ha tenido secundarios y protagonizó Camaleón (2016), que se estrenó en el Festival de Londres y le permitió conocer a Michael Fassbender y Danny DeVito.
Su siguiente parada en ese ámbito será mañana, en Valparaíso. Allí está citado para rodar una escena de Ema, la próxima película de Pablo Larraín y la primera cinta que el realizador filma en Chile después de Jackie, con Natalie Portman. Por la metodología que emplea el director, Salgado ignora cuál es el detalle de su rol o junto a quién actuará; sólo sabe que es un "profesor de soporte". "Es súper interesante que me llame Pablo, lo tomo como un desafío y me gusta. Me encanta no saber lo que tengo que hacer. Ahí está la creatividad", dice sobre un filme que ha sido anunciado como un melodrama donde se cruza el baile y la adopción.
Para 2019, en tanto, está sellada su participación con un rol central en Los fusileros, la película que prepara el director Juan Ignacio Sabatini sobre el libro homónimo del periodista Juan Cristóbal Peña, que aborda la historia de los frentistas que atentaron contra Augusto Pinochet en 1986. En la cinta, que inicia su rodaje entre enero y febrero, Salgado será Juan Moreno Ávila, "Sacha". "Por él comienzan a caer todos. Lo toman, lo torturan y empieza a delatar. Es un personaje súper potente y contradictorio", dice, junto con añadir que contempla conocer a Ávila, como lo hizo con Martín Vargas.
Salgado también estará presente la próxima semana en Sanfic, con su primera película en el extranjero: Al desierto, del argentino Ulises Rosell. En la historia tiene un rol secundario como uno de los dos policías que van detrás de la desaparición de una mujer en la Patagonia. "Fue una gran experiencia", indica sobre la película, que se estrenará en salas nacionales a fines de noviembre, a través de DCI.
"Yo lo que siempre he buscado es convertirme en un actor de cine. Para mí, eso es ser como la Paly (García) o el Alfredo (Castro), que viajan y hacen películas afuera. Esa es mi idea", asegura el actor, que hoy toma clases de inglés. "Mi interés está totalmente en internacionalizar mi carrera, evidentemente es un paso largo y lento".
Aterrizar en Hospicio
Salgado hace una revelación. "No llegué a acuerdo. Estuve a punto y finalmente desistí de la idea, y apareció este proyecto muchísimo más interesante", explica sobre su incorporación a La cacería, que lo hizo descartar su primera incursión en una teleserie.
El rol del subteniente Rodrigo Carrasco lo pone a formar pareja con Francisco Melo, como dupla de policías que va detrás de las desapariciones de adolescentes en el norte a fines de los 90 e inicios de los 2000.
"Entendía que Carrasco era un personaje bien particular, porque era un carabinero que quería ser detective. Entonces es muy caricaturesco, tiene gestos, tiene el palito típico", dice, enfatizando en un punto: "Fueron apareciendo elementos que construyeron el personaje, pero sobre todo fue la relación con Pancho (Melo). Pasamos mucho tiempo juntos. Era evidente que teníamos que hacernos amigos. Tú no puedes inventar que te llevas bien con alguien".
De paso, se refiere a la carta que enviaron hace días las familias de las víctimas de Alto Hospicio, solicitando al CNTV que la ficción se deje de emitir por la forma en que retrata a las jóvenes asesinadas. "Es duro, yo empatizo con los familiares, y están en todo su derecho. Pero sé que la serie se hizo con mucho respeto, que evidentemente no fue creada para el morbo, ni hacer daño. No estigmatiza. Y creo que se hace cargo de un tema urgente, como es la violencia contra la mujer"
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