Desde el domingo, la actriz italiana Asia Argento está en el centro de la polémica por razones que se ligan y al mismo tiempo van en la dirección opuesta a la causa que ha defendido desde octubre de 2017, cuando junto a decenas de otras mujeres de la industria denunció haber sido abusada sexualmente por el productor Harvey Weinstein. La misma que luego se consolidaría a través del movimiento #MeToo. Ahora, tras la revelación de un hecho que habría ocurrido en mayo de 2013, Argento protagoniza un inesperado giro en el guión y es acusada de haber abusado sexualmente del actor Jimmy Bennett (23), que en ese entonces tenía 17 años, mientras que ella, 37. En una salida extrajudicial, la actriz habría acordado pagar US$ 380 mil a Bennett, a quien dirigió en 2004 en The heart is deceitful above all things.
Así lo reveló el diario The New York Times, a través de unos documentos del caso que recibió de manera confidencial, y que incluirían una selfie de ambos en la cama. El remezón fue inmediato. La actriz Rose McGowan, una de las principales voces feministas, aseguró ayer que conoció a Argento al hacerse públicos los testimonios en contra de Weinstein, del que ambos se declaran víctimas, y que su "corazón está roto".
La publicación, a la que no quiso responder la hija del director Dario Argento ni sus abogados, es el último hecho turbulento que protagoniza la artista, quien hace sólo tres meses sumó otro hecho sombrío: la muerte del chef Anthony Bourdain, su pareja en ese entonces, que según reportes se habría suicidado. Y aunque hubo quienes incluso insinuaron su responsabilidad en el hecho, la misma McGowan ofició de portavoz de la actriz de 42 años en una carta publicada por The Hollywood Reporter, en la que se refirió a la depresión del cocinero.
Carrera intensa
En mayo, en medio de la ceremonia de clausura del Festival de Cannes, Argento ocupó unos minutos sobre el escenario para dirigirse a la audiencia y con mirada desafiante recordó que Weinstein la violó en 1997, para luego señalar que "sentados entre ustedes hay quienes aún deben rendir cuentas por su conducta hacia las mujeres". Luego revelaría que, en persona, sólo Spike Lee la felicitó.
Lo ocurrido esa noche volvió a dejar de manifiesto que, incluso antes del destape del caso Weinstein, la figura de Argento, que siempre se ha movido de acuerdo a su propia agenda, no le resulta cómoda a la industria, Su primer acercamiento al cine llegó en su tierra natal, en la serie Sogni e bisogni, cuando aún no cumplía diez años. Muy joven, obtuvo dos premios David di Donatello, los Oscar de Italia, y luego su padre la dirigió en The Stendhal Syndrome (1996) y en The Phantom of the Opera, de 1998.
Ese mismo año se estrenaron sus primeros roles en EE.UU., New Rose Hotel, de Abel Ferrara, y B. Monkey, distribuida por Miramax, propiedad de los hermanos Weinstein. Como contaría más tarde, fue en medio de esa producción que Harvey la abusó. Luego Argento actuaría junto a Vin Diesel en xXx (2002), además de ser dirigida por Gus Van Sant en Last days (2005), George A. Romero en Land of the dead (2005) y Sofia Coppola en María Antonieta (2006).
Pero antes de tener un rol que la hiciera realmente conocida fuera de su país, se lanzó a dirigir y escribir su primer largometraje: Scarlet diva (2000), cinta semibiográfica sobre una actriz que, en un torbellino de autodestrucción, conoce a un productor en una habitación de hotel que la invita a masajearlo. Como expresó en octubre en Twitter, el día que The New Yorker reveló su caso, la inspiración de esa escena estaba en su experiencia de 1997 con Weinstein, aunque en esa ocasión, según su testimonio, habría terminado en una violación. Pese a que muchas voces la aplaudieron por haber entregado su testimonio, en Italia fue fuertemente cuestionada, lo que derivó en que terminara dejando el país. "Peor que la violación, fue la revictimización", dijo la actriz en una conferencia de abril en Harvard.
La animadversión hacia su figura se remonta a otros episodios, como cuando en 2016, en un tuit que luego eliminó, tildó de "perra malévola" al director Luca Guadagnino (Llámame por tu nombre) por dirigir el remake de Suspiria, el título más conocido de su padre. Un acto que fue leído como homofóbico.