Le gustaba pasear por las calles, y conversar durante horas en cafés de la ciudad. Sin embargo, "donde mejor escribo es en el campo", contaba el poeta y dramaturgo Federico García Lorca, entonces de 35 años.
"Escribo de día, en verano, a las horas de calor; pero en invierno, de noche", decía a la publicación hispana El Debate, en octubre de 1933. "Siempre estoy alegre. He tenido una infancia muy larga y de esa infancia tan prolongada me ha quedado esta alegría, mi optimismo inagotable", agregaba el autor de Romancero gitano sin saber que tres años después sería fusilado, por la policía del régimen franquista, la madrugada del 18 de agosto de 1936, y enterrado en una fosa común, camino de Víznar a Alfacar, en Granada.
Sus declaraciones del comienzo, donde se refiere a su escritura y vida, son parte de Palabra de Lorca. El libro, que ahora llega a Chile impreso por el sello español Malpaso, reúne más de 100 entrevistas del artista nacido en Granada, en 1898, hace 120 años, quien habló con la prensa en sus viajes a EEUU, Cuba y Latinoamérica.
"La presente edición reúne, salvo sorpresas de última hora, la totalidad de las entrevistas concedidas por García Lorca a la prensa de la época, desde 1922 -con una 'cuartilla' en un homenaje colectivo a Granada- hasta la que concedió a Otero Seco pocas semanas antes de ser asesinado en agosto de 1936", se lee en el texto introductorio El poeta al que no le gustaban las entrevistas, que abre Palabra de Lorca. Además, al comienzo del ejemplar, editado por Rafael Inglada, se afirma que parte de "la inquietud de Lorca ante la entrevista era la infantilización y la exotización de su persona. Con frecuencia, la imagen del poeta en la prensa de aquellas décadas es la de un 'mocetón', un 'muchachón muy gitanazo'".
Considerado el 2018 como "año lorquiano", en la ciudad de Granada, hace dos semanas ocurrió un hito con su legado. Esto luego que su archivo fuese trasladado desde la residencia de estudiantes de Madrid al Centro Lorca de Granada. El archivo está compuesto de 2.400 textos entre poesía, teatro y prosa; 2 mil folios de su epistolario, un millar de fotografías, 46 dibujos originales y más de 4.600 libros catalogados.
Buenos Aires y Nueva York
El joven García Lorca, tenía 24 años cuando estaba participando en una fiesta popular en Granada. Y un reportero del diario local le preguntó por el evento. "Yo imaginaba a todos sus detractores en un rincón y mordiéndose las uñas", dijo en una de las primeras declaraciones que el poeta dio en su vida y que recoge Palabra de Lorca. "Afortunadamente no se hundió el aljibe y fue una fiesta con luna y lluvia, equivalente a sol y sombra de los toros", agregaba.
Después su vínculo con los medios de prensa fue más seguido. Veía a los periodistas en los ensayos de sus obras, e incluso los atendería en su hotel, como ocurrió cuando se halla en Buenos Aires, en 1933.
En 1927 estrena la obra Mariana Pineda, inspirada en la mujer liberal Mariana de Pineda Muñoz. En un ensayo, estando acompañado de su amigo pintor Salvador Dalí, le preguntan de la revista La noche cuál es el mensaje de su trabajo. "Acaso toda mi obra no sea más que un ejemplo de variaciones sobre el tema del romance popular. Por ello en Mariana Pineda impera la voz del pueblo...", responde el artista que más tarde será llamado el "genio de Granada".
En 1929 viajó a Nueva York. Luego seguirá rumbo a Cuba para dar una serie de conferencias. En un artículo publicado originalmente en inglés, firmado por Mildred Adams, se presenta a García Lorca como "poeta, músico, dramaturgo, uno de los escritores jóvenes exuberantes que jamás salió de Granada".
El artista, comentó, entrevistado más tarde por el Heraldo de Madrid: "En Nueva York se dan cita las razas de toda la tierra (...) Todos menos los negros. Es indudable que ellos ejercen enorme influencia en Norteamérica, y pese a quien pese, son lo más espiritual y lo más delicado de aquel mundo".
De su paso por La Habana añadió: "Di ocho conferencias. Sobre poesía, sobre crítica literaria y sobre música. En este último punto desarrollé mis temas favoritos: Cante jondo y Canciones populares".
En 1932, un año antes de embarcarse rumbo a Sudamérica, le preguntaron sobre qué es para él la poesía. "Eso déjaselo a los críticos y profesores. Pero ni tú ni yo ni ningún poeta sabemos lo que es la Poesía", dijo y sobre su vocación agregó: "Si es verdad que soy poeta por la gracia de Dios -o del demonio-, también lo es que lo soy por la gracia de la técnica y del esfuerzo y de darme cuenta en absoluto de lo que es un poema".
Antes de llegar a la capital Argentina, en 1933, dice: "Buenos Aires, sobre todo, es un mito para los niños andaluces que no saben si es un mar, un pueblo o un enigma dramático", y anuncia que dará una conferencia sobre escenografía moderna.
En Buenos Aires, donde compartió con Salvador Novo, Pablo Neruda y Juana de Ibarbourou, presentó su obra La zapatera prodigiosa. La prensa lo describe como un "finísimo director de escena (...) claro en sus expresiones, gráfico, apasionado".
En una de sus últimas entrevistas, García Lorca se refiere a un voluminoso libro que prepara: “Tendrá trescientas páginas o más. Será un tomo con el que podrá matar a una persona tirándoselo a la cabeza. Ya está puesto a máquina, y creo que dentro de pocos días lo entregaré...”, dice del ejemplar llamado Poeta en Nueva York y que se publicó, de manera póstuma, en 1940.