Hasta hace alrededor de una década, era una coordenada medular en el circuito nocturno de Santiago: las primeras visitas de héroes indie como Tortoise, Mogwai o Stephen Malkmus; las escalas de los más diversos representantes del metal de mayor voltaje; y la organización de festivales de música chilena que potenciaban la escena fueron parte habitual de la cartelera del Teatro Novedades, enclavado en pleno Barrio Yungay.
Pero la irrupción de otros recintos más renovados y modernos -el nuevo Cariola, el Coliseo, La Cúpula-, y una infraestructura que siempre rasguñó cierta precariedad, diluyeron su protagonismo. Aunque en 2012 fue remodelado, en los últimos años ha ofrecido una oferta dispar, que va desde los montajes teatrales y la lucha libre hasta la música docta, sin un perfil editorial más claro, definido y, sobre todo, vinculado a los sonidos de corte popular.
Una tendencia que podría dar un giro. Desde hace algunos meses, existe un plan que busca reposicionar al reducto de calle Cueto como un espacio activo y permanente para la música en vivo, con ciclos semanales, artistas de distintas latitudes del planeta y una oferta en sintonía con la ebullición multicultural que desde hace unos años disfruta ese sector capitalino.
Bajo la administración de la Corporación para el Desarrollo de Santiago (CORDESAN), el proyecto está a cargo de la fundación Lab 360, encabezado por la destacada arquitecta Lillian Allen, quien buscó a los mentores del festival Womad Chile -la cita iniciada por Peter Gabriel en Europa y que desde 2015 se hace en Recoleta- para dar cuerpo al puntapié inicial que intentará retornar la estelaridad al Teatro Novedades.
Se trata del festival World Note, un ciclo de cuatro noches que reunirá a representantes de esa etiqueta conocida como world music, la que engloba a números que se escapan a los moldes estilísticos estandarizados por EE.UU. o Inglaterra, con raíces en lugares como África, Asia, Latinoamérica o los mercados menos reconocidos de Europa. "Hay que mostrar el sentido que los inmigrantes le han dado hoy al Barrio Yungay. Queremos recuperar ese espacio con música de muchas partes del mundo. Esa es la idea, aunque todo puede tener cabida: la apuesta es armar ciclos con apuestas artísticas que puedan ser muy diversas", apunta Giorgio Varas, director de Womad Chile.
En tal sentido, la instancia -y de alguna manera, la nueva vida del Novedades- partirá el miércoles 26 de este mes con Rozalen, una de las principales voces de la actual canción de autor de España, y Juanito Ayala, el ex hombre fuerte de Juana Fe alzado como uno de los principales difusores del maridaje chileno entre música tropical y otras variantes; seguirá un día después con dos embajadores del género fusión, Holman Trío, conjunto encabezado por el bajista Ernesto Holman (Congreso), y Christian Gálvez Trío, a cargo del instrumentista del mismo nombre; el 28 emerge la conexión africana con Elida Almeida, una de las mayores figuras de Cabo Verde y sindicada como "la nueva Cesária Évora", quien estará junto al cantante chileno Go; y el sábado 29 todo culmina con ánimo de fiesta con las agrupaciones locales Newen Afrobeat y García Calor.
El evento también tiene como objetivo lanzar la plataforma web World Music Chile -que difundirá tal estilo en el país- y las entradas salen a la venta a partir de mañana, con una preventa de $7.000 en el sitio Atrápalo.
"Nuestra idea es, a partir de esa semana piloto, programar al menos quince fechas al mes, donde dos a tres músicos del mismo género toquen en un solo día; por ejemplo, un martes podríamos tener sólo jazz, después al otro día sólo indie, terminar la semana con sólo pop, etcétera. Hay que ver también cómo responde el barrio y cómo responde el mismo teatro", adelanta Allen.
En lo concreto, el recinto hoy tiene capacidad para 1500 personas de pie y 700 con las butacas móviles instaladas en la primera planta (se estudia por estos días montar asientos fijos).
Inaugurado el 7 de septiembre de 1913, aunque reconstruido tras un incendio de casi 15 años más tarde, vivió su última gran remodelación en 2012, con varias mejoras en las últimas temporadas. Según consignan sus administradores, hoy su característica fachada neoclásica está impecable, y su interior cuenta con las condiciones técnicas y operativas idóneas para levantar espectáculos de diversa índole. Es lo que anhelan los actuales mentores de su nueva fase, es que pretende restablecerlo como un epicentro artístico y cultural de primera línea.