Como los músicos estadounidenses que encontraron inspiración en el góspel de las iglesias evangélicas y protestantes de la comunidad afroamericana en el Mississippi, Elida Almeida aprendió a proyectar su voz y crear armonías en un templo religioso en Cabo Verde. Tenía 17 años y era la encargada de recitar los salmos. Almeida creció en la isla de Santiago, en el pequeño archipiélago del noroeste de África. Su sueño era ser abogada, pero encontró refugio en la música, que hoy la tiene como una de las voces más reconocidas del continente africano. Su historia bien podría ser una lección de vida.
Almeida tuvo una infancia gris, pero su convicción en un mejor futuro la llevó a desarrollarse como una cantante autodidacta, con un estilo propio en el que fusiona los ritmos más populares de Cabo Verde: funaná, morna, batuque, coladera y el tabanka. Eso y más presentará el próximo 28 de septiembre en el Teatro Novedades, como parte del World Note Festival, algo así como un hermano chico del Womad, el festival que cada febrero reúne a músicos de las latitudes más diversas del mundo en la comuna de Recoleta.
Elida Almeida, hoy de 25 años, nació en 1993 en Pedra Badejo, en la isla más grande de Cabo Verde, nación de 539 mil habitantes. Este pequeño país –ubicado en el Atlántico, con un ingreso per cápita de US$ 6.900 y hasta 1975 colonia portuguesa-, encontró en la música una vía de escape, quizás por su aislamiento extremo. Por eso ahí se han desarrollado ritmos y artistas únicos. Famoso es Bitori, acordeonista que cultivó un estilo censurado mientras Portugal regía el destino del archipiélago. "Algunos países tienen aceite, diamantes o frijoles; Cabo Verde tiene música y usa ese recurso para ayudar a su frágil economía", ha dicho The New York Times.
Durante su infancia, la mejor compañía de Elida Almeida era la radio, aunque su pueblo no contaba con electricidad. En esa época vivía en la casa de sus abuelos y se aprendió de memoria buena parte del cancionero tradicional de Cabo Verde, pero también lo que escuchaba de otras latitudes de África, Europa y Brasil. Temprano, enfrentó la devastadora muerte de su padre y luego una mudanza algo traumática a la isla de Maio. De manera paralela a sus estudios en la escuela, ayudaba a su madre, vendedora ambulante. Estaba en eso cuando se entusiasmó con los cantos en la iglesia. Y estaba en eso también cuando, con sólo 16 años, dio luz a su único hijo.
"Creí en una villa en el campo, donde hasta ahora no contamos con electricidad, así que nuestra mayor diversión era la radio. Comencé a cantar desde pequeña, gracias a la radio. Me aprendí las letras de todas las canciones que escuché. Recuerdo que cada noche cantaba sola frente a la radio. Ese fue mi primer contacto con la música", le dijo al sitio Afropop Worldwide.
A los 19 años decidió participar en un concurso musical que se realiza anualmente en Cabo Verde. Cada isla vota por sus mejores cantantes y luego se realiza una gran competencia. Almeida ganó en dos ocasiones y fue en ese momento cuando un productor descubrió su talento. Poco tiempo pasó para que grabara su primer álbum, Ora Doci Ora Margos (2014). "Ahí hablo de nuestra sociedad y de lo que nos pasa. Hice una canción sobre cuando mi madre descubrió que yo estaba embarazada. Hay otra sobre mi hermano y su primer amor. Otra sobre mi sueño de casarme algún día. Y varias de cosas que pasan en mi vida", ha explicado. Ella compuso la mayoría de las canciones que forman parte del disco.
https://open.spotify.com/album/76zw9ZeZKEb4nO09MvXz4q?si=yokqSBUeTGCUfRYo41Kazg
Un año después de la publicación de su primera placa fue galardonada por Radio Francia Internacional. Al mismo tiempo, el tema "Nta Konsigui" obtuvo 3 millones de visitas en YouTube, todo un fenómeno. Eso, gracias a que se convirtió en el tema central de una telenovela portuguesa. Para la joven cantautora de timbre melódico y sin mayores estridencias, esa inclusión fue toda una sorpresa.
https://www.youtube.com/watch?v=pNHHp0UgBQ4
"Yo escribo las letras"
De entonces, esta cantante no ha parado y ha recorrido rincones tan lejanos para ella como La Habana. Pero las giras no detuvieron su impulso para seguir componiendo. Por eso en 2017 publicó Kebrada, su segundo disco que al igual que su debut incluye una variedad de ritmos y estilos de su país.
Este álbum, cuyo nombre hace referencia a la villa donde creció, ratificó el ascenso de Almeida a la elite de los actuales compositores africanos. De hecho, ya es sindicada como "la nueva Cesária Évora", cantante caboverdiana fallecida en 2011 a los 70 años y conocida como "la reina de la morna". La morna es un género con vínculos con la modinha brasileña e incluso con el tango del Río de la Plata.
"Mi objetivo es llevar la música de Cabo Verde lo más lejos posible", le dijo a The New York Times en 2016. Sobre su segunda placa, Almeida sentenció: "Yo escribo las letras y la música. Hablo de historias de otras personas. Tengo una canción llamada 'Forti D'Or', que trata sobre una madre que perdió a un hijo en una pelea callejera. Eso ahora sucede mucho aquí (en Cabo Verde), aunque no nos ha ocurrido ni a mí ni a mi familia. Escribí una canción para crear conciencia de esto. Entonces hablo de lo que veo y de lo que me inspira, escribo y canto sobre eso".
https://open.spotify.com/album/7tHEpTdG6hMm2qDkVnU9eB?si=hBWWvrOJRMK8QjXm2GPXtw