-¿Cree que ha cambiado la forma de leer a David Foster Wallace en la actualidad? Aquello también incluye a su investigación.

-Pienso que mi libro se ha mantenido bastante bien en cuanto a la forma en que los académicos estudian hoy a Wallace, principalmente porque ese cambio ya estaba en marcha cuando lo escribí. Me asombran las diferentes maneras en que hoy sitúan su literatura y lo lejos que ha llegado el alcance de su trabajo. Además, su influencia entre los lectores jóvenes más inquietos sigue siendo muy fuerte.

-¿Y en relación a la polémica vinculada al #MeToo?

-Cuando el libro apareció, me sorprendí de lo mucho que la gente se centró en el lado admirable del escritor. Ahora me sorprende cuánto se enfocan en sus aspectos negativos. Pero el libro es el mismo. El biógrafo no puede controlar la recepción. Eso corresponde a la larger culture.

-¿Se refiere al contexto?

-Es decir a todas las fuerzas culturales, desde el momento político hasta el cambio en el nivel de tolerancia del acoso sexual en los lugares de trabajo. La cultura cambia sin cesar.