La vibrante y magnética promesa, capaz de sacudir al pop de su letargo, da paso a la estrella madura, que mira los últimos años con reposo y serenidad. Y así lo expresa públicamente al referirse a la última década vivida: "Ha habido una galaxia de cambios", aseguró a la edición de octubre de Vogue que la lleva en portada.
Un reacomodo de su universo que en el caso de Stefani Germanotta (32) ya se había adelantado de manera dura en Gaga: five foot two, el documental de Netflix estrenado hace un año que expuso sin pudores su intimidad, entre su proceso creativo y la convivencia con su familia y equipo de trabajo. Además de mostrar la trastienda de su show en el medio tiempo del Super Bowl 2017, incluía momentos en que se le veía sufrir por un dolor nervioso crónico causado por la fibromialgia, un síndrome difícil de tratar que este año habría sido la causa de la cancelación de la última etapa de su última gira, y que habría tenido su origen en la violación que sufrió a los 19 años.
"Es difícil, pero para mí es liberador", decía por entonces sobre exponerse ante el mundo de esa forma, en medio de la presentación de su último disco, Joanne (2016), que confirmó un distanciamiento de la época en que llegaba a unos premios de MTV con un vestido de carne o terminaba sus shows ensangrentada, siempre como una figura que abrazaba a los diferentes y la comunidad LGBT.
Y es precisamente en la temporada que se celebran diez años desde el remezón que provocó su llegada a la industria, con el disco The fame, y hits como "Just dance", que su figura en transformación parece haber estado viviendo un giro definitivo, asociado a algo que antes apenas había sugerido a través de cameos y apariciones anecdóticas. Desde este 2018, Lady Gaga deja de ser sólo cantante, para ser una actriz, y una a tomar muy en serio, si se observa el tremendo impacto que está teniendo su rol protagónico en el musical Nace una estrella, la nueva versión de la película de 1937 con Janet Gaynor y Fredric March, que ahora dirige y coprotagoniza Bradley Cooper (con fecha de estreno en Chile para el 11 de octubre).
En las últimas dos semanas, en que también han debutado otros filmes que darán que hablar en época de premios (desde El primer hombre en la Luna, de Damien Chazelle, a Roma, de Alfonso Cuarón), los elogios hacia Gaga, Cooper y su química como pareja, no se han detenido. Tanto así, que ya se especula con posibles nominaciones al Oscar para ambos. Un premio para el que la cantante estuvo nominada en 2016, por el tema "Til it happens to you".
En clave de romance actualizado a estos tiempos, Cooper interpreta a Jackson Maine, un cantautor de country atormentado por su alcoholismo que descubre el talento de Ally (Gaga), una joven que trabaja en una empresa de catering, vive con su padre y ya no guarda muchas esperanzas de impulsar una carrera. Pero en ese instante, entre ellos surge el amor y se abre el camino hacia la fama de ella, con Maine como mentor y pareja.
Además que el soundtrack se anticipa desde ya como un superventas (compuesto por ambos junto a músicos como Lukas Nelson), los actores interpretaron sus canciones en vivo en las filmaciones y acudieron a instancias musicales que se estaban realizando en el momento, como Glastonbury y el festival de country Stagecoache.
Y Cooper, para estar a la altura de su compañera, tomó clases de canto, guitarra y piano. "Ella realmente me dio la confianza", señaló el actor a Vogue. Para Gaga, más allá de algunos vínculos inevitables con la realidad, el desafío era tomar distancia de todo lo asociado a su figura, que progresivamente ha ido abandonado los elementos más excéntricos, grabando un disco con Tony Bennett en 2014 (Cheek to cheek) o confirmando una estadía en Las Vegas para fines de año.
La autora de "Born this way" parece haber logrado su propósito. "Gaga, en una actuación exuberante y muy directa, nunca deja que su propia estrella se interponga en el camino del personaje", comentó Variety, junto a otros medios que señalan que podría aspirar al Premio de la Academia y a todo lo que venga (Globo de Oro incluido, que ganó en 2016 por American horror story).
Mirando su pasado, Gaga dijo a Vogue: "Nunca se trataba de verse perfecta; siempre se trataba de ser yo misma. Era una forma de protección y un secreto, como un guiño desde lejos. Soy un monstruo y tú también eres un monstruo".