Alguna vez fue lectura escolar obligatoria, un poema épico para muchos polémico, para otros pieza central de la literatura latinoamericana, La Araucana, de Alonso de Ercilla (1533-1594) ahora vuelve a librerías como parte del prestigioso catálogo de Penguin clásicos.
"Para algunos es un canto épico al Imperio, para otros representa el despertar de la conciencia hispanoamericana", apunta en el prólogo de la nueva edición Bernardo Subercaseaux. "A pesar del afán de Ercilla por consignar la verdad de su relato, La Araucana es, qué duda cabe, básicamente una obra literaria", agrega el académico sobre un volumen que recibió comentarios desde Miguel de Cervantes a Pablo Neruda y Gabriela Mistral, quien la califica como un "anticipo de chilenidad".
Prácticamente no hay autor que no se haya referido al ejemplar compuesto de 37 cantos y 2.652 octavas reales. "En Chile, por cierto, después de don Andrés Bello todos han dicho algo a favor de ese poema, desde credos e ideologías opuestas", señaló en una columna, en los 80, Enrique Lihn. Mienras la poeta Elvira Hernández, último premio Iberoamericano Pablo Neruda, publicó este año el poemario inspirado en el libro de Ercilla, Seudoaraucana y otras banderas por ediciones de la Universidad de Talca.
Fueron 17 meses que el cortesano y soldado Alonso de Ercilla estuvo en Chile, entre 1557 y 1559. En su extenso poemario, dedicado al rey Felipe II, que dice escribió estando en campaña en cueros, cortezas y hojas, narra la guerra de Arauco, la muerte de Pedro de Valdivia, de Caupolicán, el desamor que viven mujeres como Guacolda y Tegualda y termina por reconocer la valentía de "el fiero pueblo no domado", como también expresa su crítica a la brutalidad de la Conquista.
Divivida en tres parte y publicada a lo largo de dos décadas, entre 1569 y 1590, La Araucana nombra distintos pueblos, ciudades y ríos de Chile, en un período en que el territorio no era todavía Chile. Cuando el país aún era una Capitanía General.
"Hoy se pueden ver los protagonistas ocultos"
"Aparte de su importancia como poema épico y fuente historiográfica, la lectura de La Araucana se ha enriquecido por la cuestión contemporánea acerca del autor, porque el lector actual puede ver que los grandes protagonistas ocultos son el propio Ercilla y sus formas de acometer un relato que excede por mucho su experiencia y lo obliga a recurrir a testimonios ajenos y mezclarlos con su cultura e imaginación, lo que se entrama de manera muy atractiva con las peculiares circunstancias biográficas que lo trajeron a Chile". Leonardo Sanhueza
"Es un gran poema y un gesto de reconocimiento"
"La Araucana fue un texto épico que ya mostraba 'fracturas' en su propósito fundamental. Esto hace que el poema transite de la épica hacia un poema de denuncia. Ercilla tuvo que terminar este bello texto en España, si no en Chile moría a manos de García Hurtado de Mendoza. Su lectura es muy actual, le habla al presunto lector, no al de su tiempo, sino al del siglo XXI, y no de alabanzas de los vencedores, sino también de los vencidos, en un admirable gesto de reconocimiento a las virtudes del Otro y también de amor". Thomas Harris
"Chile antes de ser un país fue un poema"
"Chile antes de ser un país fue un poema, esa es, ni más ni menos, la importancia de Ercilla y La Araucana. Además Ercilla es el gran poeta de la compasión. En el Canto XX, él le devuelve a Tegualda el cadáver de su amor, Crepino. La grandeza de ese acto, presente en la Ilíada, es que será la poesía quien cumpla con el deber sacro de entregar los cuerpos, cosa que quienes cometieron crímenes de Estado en nuestro país aún no hacen. Desde ese canto la poesía chilena es inseparable de la historia de Chile, de su dolor y esperanza". Raúl Zurita
"Hay que rescatar la traducción al mapudungun"
"Creo que hay que rescatar la traducción al mapudungun del poeta Elicura Chihuailaf. Es distinto contar nuestra más grande epopeya en el idioma de Lautaro que en el de los españoles... La versión española me alejaba en el colegio. Ahora ya de adulta pienso que sería bueno acercar el texto a los niños desde el héroe mapuche, aunque no sepamos mapudungun, asimilarlo por oído o música, recitarlo en honor a ellos: Tucapel, Caupolicán. Es una buena posibilidad de aprender un idioma invisibilizado por el sistema educativo". María José Viera-Gallo
"Podría hallar inspiración para nombrar a sus hijos"
"En su lectura pueden rescatarse varios elementos, desde luego, la parte histórica; la parte literaria merece también la mayor atención. Empero, me parece que el lector actual de La Araucana podría hallar fuentes de inspiración para nombrar a sus hijos: nombres tan bellos como Galvarino, Tegualda, Lautaro, Tucapel, Guacolda, deberían ser comunes. Otro aspecto sería advertir nociones fundamentales como nación y patria. Los mapuches libertarios fueron guerreros consumados en el enfrentamiento contra los españoles". Bruno Vidal
"Es el misterio peor guardado de mi origen"
"Tenemos los chilenos eso en común con los judíos, que también somos hijos de un libro. Tan hijos de ese libro que nos inventó un pueblo originario y una originaria conquista, que no necesitamos ni leerlo. La Araucana sigue siendo para mí, como para la mayor parte de los chilenos que conozco, el misterio peor guardado de mi origen. No dudo que el día en que me siente a leerlo de cabo a rabo comprenderé todo lo que de mi chilenidad sigue siendo un misterio". Rafael Gumucio
"Acepta la existencia de la diversidad"
"Me parece que su cualidad es aceptar sinceramente la existencia de la diversidad, con su positivo y negativo. Por lo que leemos en el poema de Ercilla, esa fue la motivación fundamental de su escritura. 'Que no se vaya a creer que un pueblo tan dado a la disciplina y a la sabiduría iba a elegir a un jefe por la fuerza y no por el seso', dice en una de sus estrofas que refieren a Caupolicán, y que invita hoy a una reescritura de la historia de Chile y a una especial valoración de la hermosa visión de mundo de nuestra cultura mapuche". Elicura Chihuailaf
"La Araucana es la construcción mítica de Chile"
"La Araucana es el inicio de la construcción mítica de Chile. Al no contar los mapuches con registros escritos, Ercilla tuvo la responsabilidad de contar el imaginarium de la Araucanía, crear una épica desde su mirada europea. El poema es el proyector de mitos orales y la reinvención de los mapuches a la cultura que nunca fueron, entendiendo cultura como civilización. Representa la unión de dos mundos para crear un tercero, la concreción del lugar común de que somos la suma de mapuche y español, acá desde lo mítico y literario". Francisco Ortega