Un nuevo barbero sevillano llegó al Municipal. El cuarto en lo que va del siglo XXI. Pero aunque sea un título repetido, su inherente alegría y su encanto lírico volvieron a deleitar. Y fue gracias a una puesta en escena que sigue vigente y, en general, a buenas interpretaciones vocales y musicales.
Desde 2008 esta ópera ha mantenido la misma y meritoria propuesta de Fabio Sparvoli (regie), Giorgio Richelli (escenografía), Simona Morresi (vestuario) y José Luis Fiorruccio (iluminación). Una idea que destaca por su agilidad, su chispa y sus caracterizaciones, así como por su modernidad visual, su poético cuadro de la tormenta (con paraguas flotantes) y su transparente y movible casa metálica que dan cuenta de la ternura, la vivacidad y su dinámica.
De ello también se hace cargo la partitura. Ya conocido por el público chileno, el director José Miguel Pérez- Sierra regresó para apostarse frente a la Filarmónica de Santiago. Conocedor de la obra rossiniana, subrayó con sutileza y vitalidad los tiempos y ritmos, los colores, el lirismo y las texturas. Y fue un conductor respetuoso, ajustándose a las necesidades de los cantantes.
Para que todo funcione, el elenco se debe sumir en la ópera bufa, contrastando el lirismo con el ingenio. Y en esta versión, ello estuvo en su mayoría presente. Rodion Pogossov repitió como Fígaro (lo cantó en 2013) y nuevamente demostró su vital y fina comicidad, sumada a una caudalosa voz y buena técnica. Grata sorpresa fue Victoria Yarovaya como una Rosina simpática y de rebosante personalidad, con un timbre de mezzo aterciopelado, corpóreo y homogéneo. Completó el trío más destacable José Fardilha como el doctor Bartolo que cumplió con gracia.
Menos acertado fue Pavel Chervinsky como un anodino Don Basilio y de voz gastada. Y un caso aparte fue Levy Sekgapane (Conde de Almaviva). Ganador del concurso Operalia 2017, es un tenor ligero que podría ser apto para Rossini, pero de timbre muy ingrato, infantil y poco atractivo al que aún le falta no sólo manejo escénico sino también técnica vocal.