Entre la nutrida cartelera de conciertos santiaguina, para todos los paladares, esta semana se llevó a cabo un evento que bien podría ser un oasis: el Festival World Note, hermano gemelo del Womad Chile, que cada febrero ilumina la Plaza La Paz en Recoleta. En un renovado e impecable Teatro Novedades, en el corazón del Barrio Yungay, este festival en clave de "música del mundo", arrancó el miércoles con la española Rozalen y Juanito Ayala, un día después con Holman Trío y Christian Galvez, mientras que anoche fue el turno de Elida Almeida, la nueva voz de Cabo Verde, en una jornada memorable en la que también se presentaron los nacionales Go. Hoy sábado es el turno de Newen Afrobeat y Garcia Calor, con entradas disponibles en el mismo recinto de calle Cueto 257 o a través de www.worldmusic.cl
Entre los artistas nacionales y extranjeros, la presencia de Elida Almeida, de 25 años y con dos discos publicados, cautivó a la audiencia. Y no sólo por sus bellas melodías y su variado menú de géneros como el funaná y la coladera, sino que también porque muchos llegaron hasta este teatro construido en 1913 para adentrarse en la historia de vida de la compositora caboverdiana. Elida creció en una aldea sin electricidad en el archipiélago africano, vivió la temprana y devastadora muerte de su padre, fue madre a los 16 años y trabajó como vendedora ambulante para ayudar a su familia.
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Crédito foto: Ailen Díaz[/caption]
Almeida ha dicho que durante sus momentos más felices –y también en sus etapas más oscuras- siempre tuvo a su lado una radio. Desde ese aparato a batería escuchó una infinita gama de sonidos del continente africano, pero también los ritmos del lejano Brasil. "Estoy muy feliz de estar acá en Chile. Me cuesta un poco el español, es complicado, pero hablaré en portugués", señaló sonriendo al inicio de su show, de poco más de una hora. "He probado el pisco, pero no mucho más, porque llegué de madrugada y me voy ahora de vuelta a Cabo Verde, después del concierto", agregó esta compositora autodidacta y "descubierta" por un productor cuando tenía 19 años.
Secundada por un cuarteto de batería, bajo, guitarra y teclados, Almeida desplegó buena parte de su obra, con soltura y alegría. Se dio tiempo también para explicar el funaná, el género más conocido de Cabo Verde, difundido por artistas como Bitori, recientemente reeditado. El funaná nació de la cultura popular campesina, con el acordeón como instrumento central. Luego abrió su abanico a otros instrumentos con un ritmo mucho más acelerado.
De Kebrada, su última placa de 2017, pasaron temas como "Djam Odja" y "Kontam", mientras que de su primer álbum, Ora Doci Ora Margos (2015), interpretó "Leban Ku Bo" y "Nta Konsigui", entre otras. También hubo tiempo para un homenaje a Cesária Évora, cantante caboverdiana fallecida en 2011 a los 70 años y conocida como "la reina de la morna", género con vínculos con la modinha brasileña e incluso con el tango del Río de la Plata. La alusión a Évora no fue casual, ya que no pocos la han comparado precisamente con esta intérprete.
En su presentación Elida Almeida hace participar al público, convoca a la sonrisa, a la admiración, sorprende y también inspira. Y al final de su show se da el tiempo para fotografiarse con quienes quisieron abordarla y también para firmar su último disco, que trajo de su lejano Cabo Verde.