La primera visita de Charles Aznavour a Chile fue también la más extensa. La más importante de todas, en sus palabras, aunque sin escenarios ni medios de comunicación de por medio. Esto, como parte del rodaje de una road movie francesa que tuvo al cantante y actor -por ese entonces de 38 años- instalado en el país durante casi tres semanas, y que el público chileno pudo ver por primera y única vez recién hace una década.

"Viví la misma vida que los chilenos, comí lo mismo que ellos", recordaba el hombre de La bohème en enero del año pasado a la revista Qué Pasa, consultado por el rodaje de La rata de América (Le rat d'Amérique, 1962), largometraje del realizador galo Jean-Gabriel Albicocco que tuvo a Arica entre sus locaciones principales. Hasta allí llegó Aznavour junto a sus coprotagonistas, la actriz y cantante pop francesa Marie Laforêt y el italiano Franco Fabrizi (Fausto en Los inútiles, de Fellini), con quienes filmó escenas en la playa Chinchorro de Arica y en la mina Los Bronces (ex La Disputada) de la Región Metropolitana.

"En La Disputada el trabajo de los indígenas era durísimo. Les pagaban un dólar por día por una labor enorme. Dos trabajadores me regalaron vasos de cobre y una foto en la que aparecíamos juntos. Lo pasé muy bien", rememoraba el cantante sobre esos días de rodaje, que también lo llevaron a Bolivia y Paraguay, por ese entonces bajo la dictadura de Alfredo Stroessner. También pasaron por Santiago en septiembre de ese año, donde el artista vio la parada militar y las fondas del Parque O'Higgins.

Si bien Aznavour por ese entonces ya era una estrella mundial de la música, el rodaje estuvo lejos del glamour. Albicocco, quien suscribía al movimiento de La Nueva Ola francesa, trabajaba bajo las normas del "cinema verité", con equipos reducidos y buscando personajes y situaciones de la vida real, entre ellos las decenas de mineros chilenos y vecinos del Morro y del Valle de Azapa que participaron como extras del proyecto .

"Como documento latinoamericano es fascinante", señala Cristian Heinsen, de la Fundación Altiplano, organismo que hace diez años y luego de extensas gestiones consiguió una copia del filme que estaba en una bodega de los estudios Gaumont de París. Luego, la cinta fue exhibida en la edición 2008 del Festival de Cine Arica Nativa, en su reestreno mundial tras su debut en el Festival de Cannes de 1963. "La estrenamos a tablero vuelto. Esta película es parte del imaginario colectivo de Arica", agrega Heinsen, quien cuenta que a la función asistieron familiares y más de algún vecino que salió casualmente en el metraje.

Ese mismo año Aznavour regresó a Chile para actuar en espacio Riesco, y en camarines se reunió con Yana Mlekuz, ariqueña e hija de una refugiada yugoslava, quien apareció en la cinta cuando tenía 8 años. "La petite à grandi" ("la niña ha crecido"), dijo riendo el cantante cuando vio a la mujer de entonces 56 años, con quien compartió una fugaz escena en un título que ni siquiera figura en su extensa filmografía oficial.