La canción de Sting "The shape of my heart", terminó de hacerse mundialmente conocida luego de ser parte del soundtrack de la película Léon: The Professional, en 1994. En ella, el protagonista representa un personaje frío y misterioso, que, entre otras cosas, cautiva la atención de una niña interpretada por Natalie Portman, la que intenta descifrar su verdadero ser y seguir sus pasos. Y la verdad, es que esos personajes no están tan alejados de la historia original.

Un año antes, en 1993, Sting lanzó su cuarto disco solista Ten Summoner's Tales. Cargado de temas que exploraban el amor, la moralidad y la existencia en distintos ámbitos, el trabajo del músico hacía una suerte de introspección en temas como "If i ever lose my faith" y "Fields of gold", ambos con puestos en los Billboard Hot 100.

Pero en "Shape of my heart", que extrañamente no fue un hit en el momento, Sting cuenta, a través de una historia ficticia, la más pura esencia de su filosofía de vida.

El jugador de póker

Coescrita por su guitarrista, Dominic Miller, la canción nació de un riff de guitarra que le llevó Miller al músico en una tarde. A partir de eso, Sting fue a dar un paseo por la orilla del río y por el bosque para descubrir la letra perfecta para el próximo tema. "Cuando regresé, toda la canción estaba escrita en mi cabeza", escribió el cantante en su libro Lyrics.

El ex miembro de The Police visualizó una situación. Un jugador de póker que está intentando entender su propio juego, y que en su seriedad y concentración, en su misterio, como Léon en la película, lamentablemente pierde al amor de su vida.

"Tiene que haber cierta lógica. Es un jugador de póker, por lo que no le es fácil expresar sus emociones. Tiene una máscara y nunca cambia. Eso es bueno para él, pero es terrible para un amante".

La letra dice así: "Él reparte las cartas como una meditación. Y los que juegan con él nunca sospechan. Él no juega por el dinero que gana, no juega por respeto [...] Sé que las espadas son las espadas de un soldado. Sé que los tréboles son armas de guerra. Sé que los diamantes significan dinero para este arte, pero esa no es la forma de mi corazón".

Esas palabras, más allá de la historia de amor, representan el juego en el que estaba Sting con su propia carrera.

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Jugar por el amor a jugar

"Quería escribir sobre un jugador de naipes que juega no para ganar sino para tratar de descubrir algo, para descubrir algún tipo de lógica mística en la suerte o el azar, algún tipo de ley científica, casi religiosa. Así que el hombre es un filósofo, no juega por respeto y no juega por dinero, solo está tratando de entender la ley", explicaba Sting sobre la canción.

Para él, en las cartas, los diamantes significan dinero, los tréboles son armas, las espadas son espadas y los corazones, son amor. Lo mismo pasa en el mundo de la música.

Y por eso, esta historia es una metáfora. "El jugador de cartas en mi canción no está interesado en las fortunas. Es su meditación, su espiritualidad. Ganar no es importante, jugar el juego lo es. Soy yo jugando un juego con mi carrera. No se trata de tener registros de éxitos o nominaciones al Grammy o ganar mucho dinero. Se trata realmente de jugar el juego creativo. Es eso, un juego, pero uno serio".

Así, en un conflicto entre la realidad y la ficción, el corazón de las cartas y su verdadero corazón, Sting explora sus pasos en la industria con la calma y seguridad que solo un experto del póker podría tener.