Se podría pensar que el referente directo de It comes, el primer LP de Nova Materia, es Construction time again, el disco con el que Depeche Mode descubrió en 1983 que podían reutilizar sonidos de objetos cotidianos y llevarlos a la música pop. Pero para el nuevo proyecto de Caroline Chaspoul y Eduardo Henríquez, la inspiración vino del Desierto de Atacama. Fue con Resonancia (2012), el último disco que firmaron como Pánico, que ambos dicen haber descubierto un nuevo lenguaje: hacer música con otros materiales y a partir de éstos.
"Trabajamos con piedras, piezas de metal, y de ahí surgen melodías, texturas y ritmos. A partir de eso empezamos a construir con sintetizadores, voces y guitarras", resume Henríquez sobre la forma de trabajo del dúo radicado en Francia, que el viernes pasado estrenó su primer álbum -tras dos EP- bajo el sello belga Crammed Discs y con elogios de la crítica especializada europea. Una suerte de "pop lítico", en el que chocan "primitivismo y futurismo", explica el músico, "con ideas vinculadas al lenguaje, la relación del hombre con la naturaleza y las utopías del mañana". Tras más de 20 años al mando de Pánico, la banda pionera del "indie" local que luego hizo carrera en Europa, la inquieta dupla creativa decretó que ya habían dicho todo lo que tenían que decir en cuanto a pop rock. Aunque para Chaspoul It comes sigue siendo pop: "Utilizamos ese formato y lo llevamos más allá, con elementos más novedosos. Tampoco es un disco experimental, no se trata de hacer una música elitista".
"Cuando en un momento sentimos que necesitábamos volver a tocar, nos pareció que no correspondía volver a usar ese nombre. Pánico pertenece al siglo XX y a Chile, y Nova Materia es otra cosa", añade Henríquez, quien cuenta que vendrán a presentar el LP a Chile en 2019.