A pocos días del término de las filmaciones, el set de Élite -disponible desde mañana en Netflix- luce repleto de adolescentes extras vestidos de fiesta y se respira una cierta ansiedad. Han sido cuatro meses de grabaciones sin parar en los que el director Ramón Salazar y el elenco conformado por once jóvenes actores han desarrollado los personajes en una historia que promete abordar temas sociales sin tapujos.
La serie gira en torno a una exclusiva escuela en la que se genera una lucha de clases con la llegada de estudiantes becados de orígenes humildes, que sacarán a la luz nuevos conflictos en una sociedad en que dominan las apariencias, que ocultan complejos secretos. Todo esto, potenciado con un homicidio que involucrará a todos sus protagonistas.
"Cuando recibí el guión tenía cierto miedo, porque leí que habían personajes que tenían 16 años, pero después de mucho hablar buscamos actores que tuvieran cierta experiencia. Aunque fueran mayores que sus personajes y sin ser excesiva su experiencia, no tendríamos que enseñar a interpretar, si no que podríamos centrarnos en crear personajes" cuenta Ramón Salazar a Culto.
Para generar la química entre su joven elenco, que incluye a tres actores de la popular La casa de papel (María Pedraza, Miguel Herrán y Jaime Lorente), además de otros exitosos rostros jóvenes, como Ester Expósito (Vis a vis) y la mexicana Danna Paola (José José), el director y todos los actores comenzaron los ensayos un mes y medio antes de las grabaciones, para trabajar la complicidad grupal. "Quise generar un grupo de ensayos con todos para ecualizarlos y colocarlos en un mismo lugar. Para crear todas estas capas y no tratar una serie adolescente desde un punto de vista superficial", explica el director.
La dolorosa pubertad
Si bien uno de los grandes ganchos promocionales de Élite ha sido la presencia de actores de la exitosísima La casa de papel, las similitudes entre ambas producciones no van mucho más allá del acento, los rostros que comparten y una clara influencia de telenovelas. Este último recurso es explotado aún más en la nueva serie, aprovechando su foco en la adolescencia para desarrollar un melodrama juvenil, con algunos clásicos del género, como la exploración de la sexualidad, las drogas, la discriminación y el conflicto entre populares y rechazados.
Pero antes de eso, la historia salta a una muerte: la trama comienza con Samuel (Itzan Escamilla) traumatizado e interrogado por la policía, dinámica que se repite con sus compañeros. Un año antes, Samuel fue uno de los tres jóvenes de bajos recursos, junto a Nadia (Mina El Hammani) y Christian (Miguel Herrán), en ser becados en el prestigioso colegio Las Encinas, luego que su escuela anterior se derrumbara por errores arquitectónicos.
Los tres son recibidos de forma poco amigable por el acomodado alumnado, con la excepción de Marina (María Pedraza), la hija de una poderosa familia que comienza a acercarse a Samuel. Algo que poco gusta al abusivo hermano de la joven, Guzmán (Miguel Bernardeau).
Rápidamente se conoce la identidad de quien morirá a fin de año (obviamente uno de los personajes importantes), por lo que la serie centra su misterio en quién fue el autor del violento asesinato, dejando en claro que la vida de los jóvenes en los meses anteriores sólo se fue tornando cada vez más complicada.
"Apostamos por ser abiertos con respecto a cualquier tema. Como tratamos el tema del sexo, las drogas, no será de ninguna manera de forma blanca. Queremos darle seriedad a como la gente de 16 a 18 años enfrenta sus respectivas realidades", concluye Salazar.