Reinos, debut del chileno Pelayo Lira, es una historia acerca de un grupo de amigos estudiantes en el campus Juan Gómez Millas. Quien quiera que haya estado alguna vez allí, reconocerá de inmediato el mundo en el que esta cinta se interna. Una juventud despreocupada, con carreras en las cuales el único futuro que vislumbran es el de convertirse en profesores y que pasan sus tardes tomando cerveza en los jardines.

Si bien parece un panorama poco atractivo, Lira conoce el ambiente en el que se desarrolla la historia y en el que destacan gratamente sus protagonistas: Sofía (Daniela Castillo), estudiante de cuarto año totalmente decepcionada de la vida, que se evade con sexo y alcohol, y Alejandro (Diego Boggioni), un chico de Providencia en primero de periodismo, que termina enamorado de Sofía. Ambos son retratos de parte de una generación que pareciera no hacerse demasiadas preguntas sobre su vida ni el futuro; una generación que exuda olor a vino en caja y desencanto, que posee un discurso tan vacío en lo superficial, pero lleno de sentido en todo su nihilismo espiritual.