"Hace diez años se podía pensar que la industria musical grabada iba a desaparecer por completo. Pandora no tenía muchos usuarios e iTunes vendía descargas legales, pero la inmensa mayoría de la música 'online' era ilegal", apuntó Stephen Witt, autor del libro How music got free.

Por aquel entonces, los grandes beneficiarios de este sistema eran los fabricantes de reproductores mp3 y especialmente Apple, con su línea de reproductores iPod.

"Un iPod costaba unos 200 dólares y podía almacenar unas 10.000 canciones. Si cada canción se vendía por 1 dólar, estaba claro que el usuario se las iba a descargar ilegalmente. Ese fue el ecosistema en el que Spotify aterrizó", describió el experto en una entrevista con EFE.

Pero la compañía sueca, que actualmente cuenta con 180 millones de usuarios -83 de ellos de pago- en 65 mercados del planeta, no fue el primer servicio de música en "streaming", ya que plataformas como Rhapsody se habían lanzado varios años antes.

"Lo que realmente hizo de Spotify una apuesta de éxito fue que Daniel Ek -el cofundador y consejero delegado de la empresa- venía del mundo de la piratería y conocía a sus internautas", apuntó Witt.

Ek había dirigido anteriormente la compañía uTorrent, dedicada a descargas de "torrent" (archivos que contienen metadatos, muy usados en el mercado de copias ilegales 'online'), por lo que sabía cómo pensaban y cómo atraer al mercado a usuarios de la piratería.

"De hecho, estos internautas, de una media de edad de 25 años, fueron el primer objetivo de Spotify como usuarios. Convirtieron en clientes a gente que estaba acostumbrada a no pagar nada. Fue un logro extraordinario", indicó el escritor.

Para Witt, esta fue la verdadera clave del éxito de la compañía con sede en Estocolmo, ya que, a su juicio, la tecnología se hubiese desarrollado igual sin Spotify, pero podría haber terminado erigiéndose en un mercado ilegal como el de las descargas en lugar de estar controlado por empresas como es el caso actual.

El experto en música digital explicó que los inventores del formato de reproducción mp3 intentaron en varias ocasiones ya durante los años 90 convencer a las discográficas de que usasen su tecnología.

Estos, sin embargo, siempre se negaron porque estaban ganando "mucho dinero" con los discos compactos o CD's, y les resultaba inconcebible reemplazarlos, pese a que tecnológicamente ya era viable.

Tras el gran éxito de Spotify, prácticamente todos los gigantes de Internet se lanzaron al mundo de la música en "streaming", que en la última década ha visto aparecer plataformas como Apple Music, Amazon Music o YouTube Music, todas ellas competidoras de la compañía sueca.

Aunque la empresa liderada por Ek se sigue presentando como el servicio de audio "más popular del mundo", en EE.UU. esas plataformas le están ganando cada vez más cuota de mercado, como es el caso de Apple Music, que en julio superó por primera vez a Spotify en número de suscriptores para situarse en primera posición.

"Hoy en día toda la industria musical consiste en servicios en 'streaming' y música en directo. Llevo mucho tiempo investigando y hablando con científicos e ingenieros de este campo, y todos coinciden en que hemos llegado a un equilibrio en la manera cómo la música se consume", concluyó Witt.

"No se prevén grandes cambios por lo menos en los próximos 5 años. Pero claro, podemos estar equivocados", remachó.