El ambiente es distendido en la antigua casa de Recoleta donde ensaya Pillanes. Allí, frente a frente, están algunos de los músicos nacionales más prolíficos y destacados de los últimos 20 años, reunidos ahora en un combo estelar: los hermanos Francisco y Mauricio Durán, exLos Bunkers; Pablo "K-V-Zón" Ilabaca, exChancho en Piedra y su hermano mayor, Felipe, aún a cargo del bajo en ese grupo. Las bromas abundan, las risas también: todo es cofradía en la banda que completa Pedropiedra, otro nombre de historial colaborativo en la escena local.
"Esto surgió porque somos amigos, no dijimos 'oye, ya somos famosos hagamos esta superbanda'", cuenta este último. El lazo se venía construyendo hace años entre los cinco integrantes, pero fueron las constantes visitas a México de la banda de 31 Minutos, integrada entre otros por los Ilabaca y Pedropiedra, las que los acercaron más a los Durán, residentes hace más de nueve años en Norteamérica.
"Los chiquillos son excelentes anfitriones, me quedé bolseando casa hartas veces. Ahí tocábamos y se nos ocurrió la idea, pero todo se selló en noviembre del año pasado", recuerda "K-V-Zón".
Tras darle forma al proyecto, que debe su nombre a un espíritu vinculado a los ancestros en la cosmovisión mapuche, el siguiente paso era el disco. Claro que con una regla autoimpuesta: nadie debía traer ideas listas y todo debía surgir desde la improvisación en conjunto. "Se dio una confianza en el resto de los compañeros muy bonita, porque todos venimos estilísticamente de lugares diferentes, era maravillarse con lo que podía hacer el otro, colgarse y sumarse", explica Mauricio Durán. Así fue como en abril pasado se instalaron en una casa de la familia de Pedropiedra en Valparaíso, donde en tres semanas crearon su primer álbum, homónimo, con estreno ya fijado para el 9 de noviembre. El 25 de ese mismo mes debutarán en vivo, en la Feria Pulsar.
Si bien tanto Pablo Ilabaca como los hermanos Durán eran los compositores principales en sus exgrupos, el ego en esta nueva apuesta no existió. "Todos colaboramos en todas las canciones y están firmadas por todos", cuenta Francisco. "El criterio era lo que a todos nos pareciera bueno y esto quedaba adentro", añade Ilabaca.
Bajo esos principios compusieron las 12 canciones del LP, que suena "como si Prince con Sol y Lluvia tuvieran un hijo", dice riendo Mauricio Durán. En efecto, según los primeros adelantos a los que tuvo acceso Culto, las composiciones no se ciñen a un género determinado y transitan por sonidos electro-andinos, como en "Loro", un homenaje a Horacio Salinas; la balada dream pop en "Carmesí"; la cumbia en "Facho pobre"; el funk en "Somos lo peor" y el rock en "El mundo es un lugar tan triste", primer single que se estrena mañana en plataformas digitales junto con su videoclip. "La mezcla fue súper desprejuiciada. Llevamos un camión con todos los tipos de instrumentos inimaginables para echarles mano", comenta Pedropiedra.
Sobre las letras, Francisco Durán adelanta: "Son variadas igual que lo musical. Hay temas personales, otros de súper buen espíritu, homenajes, guiños a la cultura pop chilena, contingencia y humor".
Pillanes no se complica con la residencia definitiva de los hermanos Durán en México, quienes comandan el grupo Lanza Internacional tras el receso indefinido de Los Bunkers en 2014. "Venimos seguido a Chile. Además, los chiquillos tienen cada uno su proyecto que los ocupa constantemente", dice Mauricio. Y es que el propio exguitarrista de Chancho en Piedra, tras su retiro en abril de la agrupación, tiene una apretada agenda que incluye su tercer disco bajo el nombre de Jaco Sánchez y un EP con su nombre, entre otros.
Pero Ilabaca aún recuerda a su grupo madre, con quien se mantuvo unido por 25 años: "Han sido meses tranquilos. Al Felipe lo veo siempre, con el Toño (baterista) nos vemos en 31 Minutos. Pero somos hermanos, nos queremos, ningún rollo. Mi decisión pasó netamente por hacer otras cosas y dedicar mi tiempo a otros proyectos y vivir otras experiencias".
Además, todos concuerdan en que no tocarán canciones de sus exagrupaciones en los recitales de Pillanes, y Francisco profundiza en las razones: "Para nosotros es refrescante empezar todo de nuevo. También un desafío muy bonito, porque es como tener una página en blanco, olvidarse de todas las páginas anteriores y empezar a construir algo nuevo. Eso es lo más valioso y estoy orgulloso de que hayamos tomado esa decisión de no recurrir al pasado o a canciones ya antiguas, sino que a empezar de cero".