Las canciones quedan para siempre. Sebastián Cáceres, el cantante, guitarrista y compositor de Rama, repite esa idea unas cuantas veces como una manera de explicar la responsabilidad que siente como músico después de 20 años y cuatro discos. También cree que al escribir un tema su profesión de diseñador aflora. Si el guitarrista Daniel Campos se obsesiona con los detalles del sonido de la guitarra, Cáceres se preocupa del gancho en el coro. Cuenta de un fan que le dijo haber escuchado diez veces seguidas "Cobardes", el single de Manifiesto, el flamante álbum. No suena extraño para una banda cuyos seguidores se denominan "Rama hermanos". No milito en esa cofradía pero también es una de las canciones que más he escuchado en las últimas semanas y sigo creyendo que el título anterior, Imposible, fue uno de los mejores discos chilenos de 2013 con otro single memorable, "La señal". Ambos cortes encarnan rock clásico cargadito al grunge con una resonancia absolutamente actual.
Esta banda no tiene mucho que ver con aquella de fines de los 90 cuando el nü metal chileno eran ellos, Rékiem, 2X, Dracma y Rey Chocolate. Mientras avanzaba lentamente la discografía de Rama, el cambio estilístico era progresivo. En el segundo disco, Fugitivos (2006), Cáceres dejó de gritar. Guardando las distancias, el camino es parecido al de Deftones. "No quiero hablar peyorativamente de la escena nü metal porque sé que hay mucha gente que aún le encanta, pero cuando entramos sentí luego que era una fórmula y costaba mucho encontrar algo que fuera original. Conversamos y decidimos que queríamos ser más transversales porque todo era muy de nicho. Pienso que las canciones duran para siempre. Esto no es como la publicidad, que uno la consume y se acaba. Una canción es para toda la vida. Nuestros discos se han demorado porque no vivimos de la música, entonces toma más tiempo".
En Imposible el viraje se notó aún más y sucedió por una situación colateral. Hubo ensayos donde Daniel Campos no llegó y Cáceres tomó la guitarra. "Por eso ese disco es mucho más rockero porque mi forma de tocar es más simple, rítmica, y agarra una cosa un poquito más grunge". En Manifiesto las guitarras suman más texturas y se introducen en zonas cercanas a la manera en que los británicos encaran el instrumento. "En este disco lo sónico es todo idea de Daniel. También tiene una cosa un poquito más pop también, de canción más universal. Siempre me ha gustado mucho Draco Rosa, lo sigo desde (el álbum) Vagabundo (1996). Me gusta esa facultad que tenía de hacer canciones para Ricky Martin y un lado oscuro. A mi Vagabundo me marcó, la forma de escribir, esa desdicha, el amor y el poeta maldito. Me encantó".
En la portada de Manifiesto aparece una guitarra de palo en llamas. La idea del ritual y el fuego, entre otras, rondan el álbum. "Es una declaración de amor al arte, a la entrega, al cariño por la música. Lo que está pasando con Rama es súper visceral, súper real. Nosotros no tenemos que rendir cuentas a nadie musicalmente. No hay un sello detrás que nos esté diciendo tienen que hacer esto. Hoy en día todo es algoritmo mientras nuestra necesidad es artística. El álbum es arriesgado porque no se bien dónde entra. Creo que está más afilado el cuchillo de los Rama".
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-¿De qué trata "Cobardes"?
-Habla un poco del tiempo hacia atrás, el presente, el futuro, y una incertidumbre. Siento que hemos retrocedido. Habla del país en el que estamos, de la dictadura, de todo el daño que se nos hizo. Habla también de cómo aquí el dinero ha pasado a ser todo y cómo el respeto es por quien tiene plata.
-Si el rock estuviera de moda esa canción debería ser un hit.
-Es una de las últimas del álbum. La melodía no estaba compuesta. Yo tenía escrita una poesía que no estaba muy trabajada y el productor Pepe Lastarria me dice que avancemos en algo y la melodía salió. Ahora la estamos practicando desenchufada y es difícil hacerla porque es tan de banda rockera, que bajarla es complicado.
-¿Qué opinas cuando se dice que el rock está muerto?
-Nunca va a morir. La popularidad, claro, está en la música urbana. No me voy a hacer rollos, creo que hay cosas buenas también. Por otro lado, y esto es algo que le escuché a Trent Reznor decir, la industria sólo se enfoca por números y no por una necesidad artística. Es todo business. Eso tiene que ver con la música chatarra, la música basura, lo mismo que una comida de McDonalds, lo mismo con la ropa como H&M que es barata y en un par de meses te compras otra. Se ha perdido la idea de crear algo permanente. Lo dijo Richard Ashcroft que me encanta, "yo siempre trato de hacer una canción que dure para siempre".