Luego de lanzar en septiembre la recopilación Planet Jarre, celebrando 50 años de música en 41 cortes, Jean-Michel Jarre se embarcó en una nueva aventura sonora. Tomando como punto de partida el álbum Equinoxe, editado el 16 de noviembre de 1978 y uno de los discos más alabados de los 70, el pionero francés de la electrónica decidió delinear Equinoxe infinity, un trabajo que condensa sus inquietudes respecto a la inteligencia artificial, y que verá la luz mundialmente este 16 de noviembre, a 40 años exactos de su precuela.
Con un arte de portada desarrollado en aquel entonces por el pintor Michel Granger -quien también se hizo cargo de la propuesta visual en el influyente Oxygene y en Rendez-Vous-, el Equinoxe original ya encarnaba una preocupación por el medioambiente y el lugar de la tecnología en nuestra especie, un eje que desde entonces pasó a ser constante en la carrera del compositor.
"Siempre he estado fascinado por la portada de Equinoxe, estas criaturas extrañas que nos observan. No sabemos exactamente qué observan ni quiénes son- y pensé que sería genial partir inspirándome en el arte de esa portada. Me preguntaba qué podría haberle pasado a esas criaturas, los watchers, cuarenta años después de ese disco, y me quise preguntar también qué les llegará a suceder en cuarenta años más en el futuro. Así comencé con esta idea y le pedí al artista gráfico que diseñara dos imágenes que yo tenía en mi mente, preconcebidas. Las tenía en mente antes de ir al estudio y comenzar a trabajar en la música", explica al teléfono desde París, para La Tercera.
El arte de Equinoxe infinity, elaborado por Filip Hodas, posee dos versiones, las cuales reflejan dos futuros posibles para la humanidad, concebidos por Jarre: "Se me ocurrió que este álbum podía lanzarse con dos portadas distintas, simbolizando dos futuros diferentes: un futuro donde podemos estar en paz, en una buena relación con el medioambiente y las nueva tecnologías, y otra donde se muestra que los humanos fallamos en eso y que las máquinas están destruyendo el planeta. Luego decidí componer la música para encajar con ambas soluciones, ambos futuros. Y eso es lo que hace la base de Equinoxe infinity. El primer disco Equinoxe tenía composiciones llamadas Parte 1, Parte 2, etc., y ahora decidí ponerles títulos, porque creo que es un forma de situar un escenario, una historia que podía construirse alrededor de la música".
Con una estructura de diez composiciones, el trabajo tiene formalmente un costado anclado en la precuela, utilizando sonidos orgánicos procesados -"el lado que tiene que más ver con la naturaleza", señala- y una vertiente electrónica marcada, que oscila entre lo luminoso y lo lúgubre, dependiendo del momento de la trama.
"Para mí, las portadas son la etapa final de este viaje. Así que este viaje es más que nada una banda sonora para ambos futuros. Y no sabremos hasta el final qué futuro será". En sintonía con su propuesta conceptual, Jarre decidió que el arte del álbum será todo un secreto para quienes compren su edición física. Cada comprador obtendrá una de las dos versiones disponibles de la portada, al azar.
- ¿Cuál es su visión respecto al advenimiento de la inteligencia artificial?
Pienso que va a cambiar nuestra vida de una forma tan grande que ni siquiera hoy en día podemos saber exactamente qué va a suceder. Tenemos que aceptar que para los artistas y para los procesos artísticos, tan solo en un par de años, ni siquiera en mucho tiempo más, la inteligencia artificial será capaz de crear películas originales, música original, historias y libros originales, y eso va a cambiar todo notoriamente. No solo será capaz de crear canciones similares a las de los Beatles o de Michael Jackson, sino que va a componer material totalmente original, nuevo. Eso va a cambiar nuestra situación y posición como artistas y creadores, el cómo vamos a enfrentar ese desafío es todo un misterio.
- ¿Lo ve como una competencia?
Si termina siendo una competencia, vamos a perder. Es como lo que pasó con el campeón mundial de ajedrez, o con el campeón mundial de Go, en China. En un primer juego hubo un empate, en una segunda ocasión perdió el humano, y de ahí en adelante el humano siempre terminó perdiendo. Si existe competencia, no hay que jugar a ganar. Hay que cambiar nuestro punto de vista y nuestra relación con las máquinas. El tercer movimiento de este álbum, la tercera canción de Equinoxe infinity, se llama "Robots don't cry". Yo diría que, más que no llorar, en realidad digamos que no lloran hasta ahora, porque creo que es posible un futuro donde los robots tendrán emociones, y podrán ser capaces de recrearlas y de expresarlas. Tendremos que lidiar con eso y ponernos en la posición de colaborar con ellos, o de utilizar varias propuestas generadas por inteligencia artificial para crear obras basadas en ellas.
- ¿Qué significó el Equinoxe original en su carrera?
Equinoxe es uno de mis álbumes favoritos. Su música es una suerte de evolución del concepto que elaboré en Oxygene, y su arte es una de las portadas más icónicas de la era del vinilo, no solo de mi propia discografía. Lo digo rindiendo tributo al trabajo de Michel Granger, quien hizo las portadas. Fue un trabajo brillante y muy interesante, y en Equinoxe Infinity traté de ser fiel a la construcción de ese primer disco, porque llevó al auditor en un viaje con diferentes atmósferas y es muy fiel a ese espíritu, pero con una producción más moderna.