Ropa Americana: moda e identidad en el lente de Paz Errázuriz
Premiada en Francia en 2017, la fotógrafa tuvo que hacer una serie para la revista Madame Figaro, donde el vestuario fuera el eje central.
Nunca trabajó en moda. Tampoco hizo fotografías por encargo, hasta ahora. El año pasado Paz Errázuriz (74) recibió el Premio de Fotografía Madame Figaro-Rencontres D'Arles, luego de que su retrospectiva organizada por Fundación MAPFRE se presentara en el festival de fotografía del sur de Francia. El reconocimiento, creado en 2016 por Women in Motion, la comprometió a colaborar con la revista Madame Figaro del diario francés homónimo, donde el tema principal fuera la moda y accesorios.
En abril de este año, Errázuriz entregó una treintena de fotografías y solo algunas fueron publicadas en la revista, pero la serie completa podrá ser vista en Ropa Americana, la exposición que presentará desde el viernes y hasta el 20 de enero de 2019 en el MAC Quinta Normal.
"Como yo no hago fotos de moda, lo hice a mi pinta solamente. Me gustan mucho las personas que retraté y lo hice en un contexto muy de ciudad. Las fotos tienen una mano que es la mía, yo no pretendo emular la moda, así que lo hice como a mí me parece, sin ningún estereotipo o regla", dice Errázuriz sobre su nuevo trabajo.
Cofundadora de la Asociación de Fotógrafos Independientes (AFI) y reconocida con el Premio Nacional de Artes en 2017, Paz Errázuriz se ha caracterizado por sus retratos de personajes, ambientes y espacios marginados.
En esta nueva exposición, aborda la moda desde la ropa americana, aquellas vestimentas de segunda mano provenientes principalmente desde Estados Unidos. "Es algo que se impuso aquí en dictadura, para que todos tuvieran acceso a esta ropa que llega en fardos", cuenta la fotógrafa. También incluyó accesorios como abanicos, tocados y bolsos. Fue la forma en que creyó podía acercarse a este pie forzado de hacer una producción de moda, algo de lo que dice no tener mayor conocimiento. "No me importan las marcas, ni las revistas de moda. Entonces, lo asocio a esa ropa que no tiene moda ni tiempo, y que además tiene un toque muy político", afirma.
Disidencia
Otra visión que Paz Errázuriz integró en sus fotografías fue la de la identidad. Los modelos que retrató son sujetos que se autoconsideran no binarios, es decir son disidentes de los géneros femenino y masculino. También retrató a personas de género fluido, algunos LGTB, o de aspecto más andrógino.
Así estableció un diálogo entre la moda y el género, dando una perspectiva diferente a lo que debía entregar. "El talento de estos chicos es extraordinario, entonces convierten algo que uno miraría con mucha indiferencia, en algo maravilloso", dice la fotógrafa. "Hay un gran talento de querer posar. Muchos de ellos también son creadores, diseñan sus propias ropas o reciclan prendas", añade.
Cuando resultó ganadora del premio, desde la revista le ofrecieron viajar a Francia para trabajar en las fotografías allá. Pero cuenta que no quiso: prefirió salir a las calles de Santiago y hacer sus fotos acá. "Yo siempre he trabajado aquí, así que no se me ocurre hacerlo en otra parte. Todo está enfocado en mi mundo", comenta.
Esquiva a las condiciones que le ofrecía Madame Figaro, Paz Errázuriz cree que en el suplemento francés les costó aceptar la propuesta. "Al principio estaba bien preocupada. A mí me da la idea de que les costó aceptar mi trabajo, porque esta revista es muy conservadora y tradicional", comenta. Sin embargo, una selección de sus fotografías se publicó en sus páginas, y la totalidad podrá ser vista en la exposición.
Distintos rincones de la ciudad y algunos lugares específicos como el antiguo Hospital San José, son los escenarios donde Paz Errázuriz retrató a los jóvenes que protagonizan Ropa Americana, a quienes conoció por amigos u otras circunstancias.
A diferencia de algunos de sus trabajos más representativos, donde la producción fotográfica implicaba un periodo de investigación y trabajo en terreno más extenso, acá el tiempo para desarrollar el proyecto fue acotado. "Fue una sorpresa para mí que pudiera hacer una cosa así en ese poco tiempo", reconoce.
También, esta fue la primera vez que trabajó con un asistente, el fotógrafo Diego Argote. "Es una persona maravillosa. Tener asistente me hizo sentirme muy acompañada, porque también tengo que acarrear equipos, entonces fue muy bonito para mí", cuenta Errázuriz.
Un desafío nuevo para la fotógrafa, que resultó en un proyecto distinto a lo que tradicionalmente hace. "Fue muy redondito y con esta respuesta tan buena onda. Una experiencia super linda para mí".
Comenta
Por favor, inicia sesión en La Tercera para acceder a los comentarios.