Hace una década, por así decirlo, el pop dejó de avergonzarnos. Al menos hacia afuera, los medios especializados dieron cuenta de que Chile era oído como una de las grandes potencias del género cantado en español. Discos de Javiera Mena, Gepe o Dënver vinieron a revitalizar un pop que en otras décadas fue visto con desdén y menosprecio, para dar paso a una suerte de identidad generacional que vino a revalorizar el trabajo de pioneros como Frecuencia Mod en los años 70, Aparato Raro en la década siguiente, Jorge González en los 90 y Supernova a comienzos de milenio.
Mientras Constanza Lewin, integrante fundadora del trío Supernova —la respuesta chilena al fenómeno de las boy bands, aparecida de la mano de los productores Koko Stambuk y Cristián Heyne—, sigue manteniendo en vigencia el legado de su banda a punta de presentaciones en vivo, cuando un disco lleva el nombre de Gonzalo González, se sabe de antemano: la calidad del audio será espectacular. Con casi tres décadas de experiencia este ingeniero de sonido y productor ha trabajado con algunos de los consagrados de la escena musical chilena, desde Los Tres a Tiro de Gracia o desde Mon Laferte a Los Bunkers. En el apartado pop, la firma de "Chalo" González aparece en trabajos de Jorge González, Astro, 31 Minutos, Gepe y Dênver, donde militó hasta hace poco nuestra última invitada, la ahora solista Mariana Montenegro. Por estos días, la ex Dënver alterna su trabajo como pinchadiscos con un álbum en solitario producido por el músico electrónico Alejandro Paz.
Además, junto a Claudio Vergara, editor de Espectáculos de La Tercera, conversamos con dos nombres indiscutibles del pop continental: Mon Laferte y la voz histórica de La Ley, Beto Cuevas.